Tener un hogar es un gran poder, pero las películas de superhéroes nos han mostrado que esto conlleva una gran responsabilidad. Una casa viene con todo tipo de gastos incluidos, y tu hogar requiere todo tipo de atenciones.
Por ello, estas son algunas estrategias para reducir los gastos en el hogar, así te prepararás para administrar y utilizar el dinero de forma correcta, lo que influirá en tu calidad de vida.
Paso 1: ¿A dónde va tu dinero?
Primero debes hacer un seguimiento de tus ingresos y gastos, por ejemplo durante un mes entero, lo cual puede ser revelador.
Quizá no te hayas detenido a pensar cuánto se gasta en ciertos artículos del hogar, como productos de limpieza, de higiene personal, en alimentos o incluso en reparaciones.
Una manera de lograrlo es llevar contigo una lista donde anotes todos los objetos en los que gastes dinero, seguidos por su precio.
Si pagas con tarjeta de crédito o débito, puedes revisar tus estados de cuenta, e incluso imprimirlos para distinguir con distintos colores entre aquello que necesitas y lo que podría considerarse un lujo.
Algunas instituciones bancarias te muestran en sus aplicaciones o sitios web un gráfico para que identifiques fácilmente qué pasa con tu dinero. Por otro lado, si usas efectivo asegúrate de pedir tus recibos, de modo que más tarde puedas revisarlos y hacer cuentas.
Paso 2: Ármate un presupuesto
Ya sabes en qué gastas tu dinero. Ahora, planea qué harás con él durante las próximas semanas o meses mediante un presupuesto.
Una sugerencia muy común es separar los gastos en prioridades, lo que te ayudará a saber cuáles son más urgentes y, en cambio, qué puede esperar o incluso resulta prescindible.
Recuerda incluir todos tus gastos fijos entre las necesidades inmediatas, incluidos pagos de servicios, renta o hipoteca, artículos de mantenimiento, así como los alimentos que guardarás en tu refrigerador o alacena.
Como objetivos a mediano o largo plazo puedes considerar muebles, remodelaciones, o todo aquello que te ayude a mejorar tu casa sin que deba consumirse cada mes o cada semana.
Por último, establece un apartado para esa taza de tu serie o película favorita, para la sábana de perritos, o para cualquier artículo que pueda esperar hasta que todos los demás gastos estén cubiertos.
Paso 3: ¿Qué servicios realmente utilizas?
Probablemente tengas suscripciones a diversos servicios que utilizas en casa, como teléfono, televisión por cable y, por supuesto, Internet. A esto se suman servicios de entretenimiento, como las apps de música y las plataformas de streaming.
Como el pago de estos servicios puede estar domiciliado a tu tarjeta de crédito o débito, quizá no te des cuenta del impacto que tienen cada mes sobre tus finanzas. Por eso te conviene evaluar cuánto gastas en ellas y cuánto provecho les sacas, a fin de saber qué suscripciones vale la pena conservar.
Si decides cancelar cualquiera de tus suscripciones, procura hacerlo de forma directa, puesto que los representantes comerciales podrían intentar mantenerte como cliente. No debes conservar algo que no usas solo porque te lo hagan difícil.
No obstante, una alternativa es buscar opciones más accesibles de los mismos servicios, así como prestar atención a ofertas y promociones que resulten en menos gastos.
Paso 4: Reduce tu gasto de electricidad
Hay varios aparatos que consumen electricidad y son indispensables para el día a día, como el refrigerador, lavadora y hornos, sin mencionar lámparas y otras fuentes de luz. Sin embargo, puedes reducir el monto de tus facturas con varias acciones inmediatas.
Por ejemplo, procura no dejar encendida la computadora, cuelga la ropa en lugar de usar la secadora y apaga todos los focos que no utilices.
Sobre este punto, te conviene cambiar cualquier bombilla incandescente por focos ahorradores, o incluso de tipo LED, pues brindan la misma o incluso mayor iluminación con un menor consumo eléctrico, además de ser más duraderos.
Paso 5: Ahorra en comidas
Finalmente, el simple hecho de quedarte en casa puede ayudarte a mejorar tus finanzas. Si preparas tus propias comidas, gastarás menos en el día a día y podrás optar por opciones saludables que sean de tu agrado.
Además, procura buscar ofertas al momento de comprar tus alimentos, así como adquirirlos y prepararlos en grandes cantidades, siempre con cuidado de almacenarlos bien para que duren y no se desperdicien.
Como recomendación adicional, recuerda dar mantenimiento a todos los aparatos y partes del hogar que lo requieran, pues una reparación podría resultar más costosa a largo plazo.