En México y diversas partes de Latinoamérica, una forma muy popular de ahorro son las tandas, las cuales funcionan como una asociación informal para recolectar dinero de los participantes de forma periódica y ayudar financieramente a uno de ellos.

Sin embargo, ¿te has preguntado si en verdad te convienen?

De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), únicamente el 47 por ciento de los mexicanos cuenta con mecanismo de ahorro formal, mientras que apenas el 1 por ciento tiene algún fondo de inversión.

En cuanto al resto, o bien no ahorran, o lo hacen por medios informales, y es ahí donde entran las tandas.

Para ello, un grupo de personas se organiza y aporta la misma cantidad de dinero en plazos establecidos previamente. Una persona está encargada de recoger el dinero de todos y entregarlo a un único participante, el cual cambia cada mes a manera de turnos.

Como estas asociaciones se basan en la confianza, en apariencia fortalecen al grupo mediante el compañerismo y sentido de comunidad, además de impulsar los vínculos amistosos.

Sin embargo, la Condusef explica que implican múltiples riesgos, lo que resulta en más desventajas que ventajas:

1. Al basarse en la confianza, este esquema se presta a robos y engaños.

2. No puedes disponer de tu dinero cuando lo necesites, sino que tienes que esperar tu turno.

3. Si alguien se atrasa con sus aportaciones, se rompe el esquema y surgen discusiones.

4. No existen garantías sobre el dinero ahorrado ni mecanismos legales en qué apoyarte.

"Recuerda que no es seguro ahorrar en tandas, bajo el colchón o en las llamadas pirámides. No involucres a tus familiares o amigos en estas operaciones riesgosas", advierte la Condusef.

¿Qué pasa con tu dinero si entras a una tanda?

Incluso si todos los participantes pagan a tiempo, las tandas presentan un inconveniente que las vuelve inviables en comparación con varios instrumentos formales de ahorro. Tu dinero se devalúa como efecto de la inflación.

De esta manera, si entras a una tanda con diez participantes y te toca ser de los últimos en recibir tu dinero, éste valdrá menos que si lo hubieras invertido mes con mes en instituciones formales.

Como recomienda la Condusef, puedes guardarlo en Bancos, Cajas de Ahorro, Sociedades Financieras Populares (Sofipos) o cualquier otro instrumento autorizado y supervisado.

De este modo tendrás acceso a otros servicios financieros, tales como créditos y seguros, además de que puedes generar intereses.

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