El retiro es el periodo de la vida en el que una persona deja de trabajar, generalmente después de alcanzar cierta edad o cumplir con varios requisitos, como lo es el haber cumplido con suficientes años de servicio como empleado.
Durante el retiro, las personas suelen depender de sus ahorros, pensiones o jubilaciones, para seguir manteniéndose como cuando trabajaban.
Quizá veas tu retiro como algo lejano, pero es importante planearlo cuanto antes para garantizarte una mejor calidad de vida en el futuro.
En México, existen instituciones financieras encargadas de guardar el dinero de los trabajadores con la intención de hacerlo crecer, y son las famosas Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
Las Afores se crearon en 1997, cuando se definió que cada trabajador haría aportaciones para su propio retiro y varias instituciones estarían encargadas de administrar los recursos para generar rendimientos previo a alcanzar la edad de jubilación.
Todas están reguladas por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que establece las reglas de funcionamiento del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR).
Así, la Consar supervisa que tus recursos se inviertan de acuerdo con parámetros establecidos, y puede establecer multas y sanciones a cualquier Afore que incumpla.
Recuerda que tu dinero para el retiro está colocado en diversos instrumentos financieros con el propósito de incrementar tu cuenta individual.
Como explica la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), cuando empiezas tu vida laboral, la empresa o institución donde trabajas, el gobierno y tú destinan parte de tu salario a las subcuentas que conforman tu Afore, divididas de este modo:
1. Vivienda: Son aportaciones que destina únicamente tu patrón y equivalen al 5 por ciento de tu Salario Base de Cotización (SBC).
2. Retiro, Cesantía y Vejez (RCV): Se trata de aportaciones generadas por tu salario, el gobierno y tu patrón, con montos establecidos en la Ley para afiliados del IMSS e ISSSTE.
Recuerda que tu pensión variará según qué Afore hayas elegido para administrar tus recursos, pues esta invertirá a través de las Siefores (Sociedades de Inversión Especializada en Fondos para el Retiro) en instrumentos financieros como bonos, acciones, deuda privada, entre muchos otros.
Además, cada administradora cobra comisiones, lo que también influye a largo plazo en el monto total de tu pensión. Este cargo corresponde al manejo de tus recursos, es anual y se calcula como un porcentaje del saldo acumulado en tu cuenta total.
En tu elección de Afore influyen varios factores, como el servicio ofrecido por cada una de las 10 opciones disponibles, la cercanía para poder realizar trámites, tu confianza, pero también puedes guiarte por los rendimientos que sus Siefores han generado históricamente; esta información puedes consultarla en el portal de la Consar.
Esta dependencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público nos recuerda que "los rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros".
Si eres trabajador independiente también puedes contar con una Afore y realizar aportaciones voluntarias a tu cuenta individual. Aquí debes decidir cuánto de tus ingresos se destinará al retiro en función de tu capacidad económica.
Toma en cuenta que con aportaciones frecuentes y mayores más rápido crecerá tu dinero acumulado, además de que estos depósitos son deducibles de impuestos y no tienen monto mínimo ni ingresos periódicos forzosos.
Puedes consultar planes para el retiro en instituciones privadas, ya sea como complemento para el dinero de tu Afore o bien como una solución si se adapta mejor a tus necesidades.