Apenas el pasado jueves 8 de agosto el Banco de México (Banxico) bajó la Tasa de Interés Interbancaria a 10.75 por ciento debido al enfoque prospectivo de que seguirá el descenso de los precios como sucedió con los servicios y mercancías más representativos, indicó en una entrevista la gobernadora del banco central mexicano, Victoria Rodríguez Ceja. Más de un mes más tarde, este 26 de septiembre, volvió a recortarla 25 puntos, dejándola en 10.50 por ciento.
La Tasa de Interés Interbancaria es un indicador que refleja el costo al que las instituciones financieras se prestan dinero entre sí a corto plazo. Esta tasa tiene un impacto directo en las tasas de interés que se ofrecen a los consumidores, como las tarjetas de crédito, los préstamos personales y los créditos hipotecarios.
El ajuste de la TIIE por parte del Banxico también influye en la forma en que las empresas y los consumidores gestionan su ahorro e inversiones. Al ser una referencia importante para calcular los rendimientos de instrumentos financieros, su modificación genera efectos importantes en el sistema financiero y en las decisiones de inversión de los mexicanos.
El entorno económico global ha sido volátil en 2024. Estados Unidos ha experimentado un crecimiento más robusto que otras economías avanzadas, mientras que muchos países han visto una disminución en la inflación.
Sin embargo, los mercados financieros internacionales han sido afectados por la incertidumbre generada por diversas decisiones de política monetaria, como el aumento de tasas en Japón y la estabilidad de las tasas en Estados Unidos.
En México, el segundo trimestre de 2024 mostró un crecimiento económico limitado. La depreciación del peso mexicano y la volatilidad de los mercados financieros internacionales han impactado el desempeño económico del país. En este contexto, el Banco de México ha optado por reducir la tasa de interés con el objetivo de incentivar la actividad económica.
La inflación general en México durante la primera quincena de septiembre disminuyó a un 4.66 por ciento anual, marcando su nivel más bajo desde la segunda quincena de mayo de 2024, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Durante la primera quincena de septiembre, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró un incremento de 0.09 por ciento en comparación con la quincena anterior. Como resultado, la inflación anual se situó en 4.66 por ciento, el nivel más bajo observado en las últimas siete quincenas, por debajo del 4.83 por ciento registrado previamente.
La inflación anual en México continuó desacelerándose por cuarta quincena consecutiva, impulsada principalmente por la reducción en los precios de los alimentos frescos y energéticos durante la primera mitad de septiembre de 2024.
El Banco de México mantiene su objetivo de lograr que la inflación general se acerque al 3% hacia el cuarto trimestre de 2025. A pesar de la reducción en la TIIE, persisten riesgos al alza que podrían desviar este pronóstico.
La reducción de la TIIE a 10.50% tiene implicaciones importantes en los rendimientos de los productos de ahorro y las decisiones de inversión. Para los ahorradores, esta disminución podría traducirse en menores rendimientos en productos financieros tradicionales, como los certificados de depósito. Este tipo de instrumentos ofrecen un retorno fijo, y con tasas de interés más bajas, su atractivo disminuye.
Por otro lado, los inversores podrían verse tentados a explorar opciones más arriesgadas, como el mercado de valores o fondos de inversión, en busca de mayores retornos.
En cuanto a los Cetes (Certificados de la Tesorería de la Federación), que son bonos emitidos por el gobierno mexicano, su rendimiento también se ve afectado por la baja en la tasa de interés. Aunque siguen siendo una opción conservadora y segura, los rendimientos más bajos podrían llevar a algunos inversores a optar por activos más rentables.
Como te explicaba arriba, para los consumidores la reducción en la TIIE puede representar una oportunidad para obtener créditos más accesibles. Esto incluye préstamos personales, tarjetas de crédito y créditos hipotecarios con tasas de interés más competitivas, lo que podría incentivar el gasto y la inversión en proyectos.
Por ejemplo, el Infonavit (Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores), que ofrece créditos hipotecarios a trabajadores mexicanos, también se vería afectado. Una tasa de interés más baja generalmente implica que el costo de los créditos se reduce para los nuevos solicitantes.
Esto puede traducirse en pagos mensuales más bajos para quienes inicien hipotecas con esta institución, o en mejores condiciones crediticias sumando a los bancos, para nuevos solicitantes. No obstante, es importante señalar que el Infonavit fija sus tasas con base en diferentes criterios, por lo que los efectos específicos pueden variar dependiendo de la estructura de cada crédito.
Sin embargo, los bancos enfrentan el desafío de ajustar sus estrategias. La reducción de la TIIE implica que los márgenes de ganancia en productos de crédito como tarjetas de crédito y préstamos empresariales se reducen.
Para instituciones como BBVA, Citibanamex, HSBC, Banco Azteca, Santander, Banorte, y demás bancos, esto podría representar una disminución en sus ingresos. No obstante, un entorno de menores tasas de interés también puede estimular una mayor demanda de créditos, compensando en parte la reducción en los márgenes.
La decisión del Banco de México de reducir la Tasa de Interés Interbancaria a 10.50 por ciento tiene como objetivo estimular la economía.
Esta medida impactará tanto a los ahorradores como a los consumidores y a las instituciones financieras, generando cambios en los rendimientos de los instrumentos de ahorro y facilitando el acceso al crédito. Para los bancos, será un objetivo el encontrar equilibrio entre la disminución de sus márgenes de ganancia y la posible mayor demanda de crédito. Mientras tanto, los consumidores y las empresas podrán aprovechar las condiciones más favorables para acceder a financiamiento (como con Infonavit) y realizar inversiones (como con Cetes) que contribuyan a reactivar la economía mexicana.