Tomar las riendas de tus finanzas será más sencillo de lo que piensas con la herramienta digital de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
En el “Planificador de Presupuesto Familiar y Personal” puedes visualizar tu nivel de gastos y a la vez desarrollar un plan financiero personal.
Un plan financiero personal es un documento o estrategia que te ayuda a administrar tu dinero de manera eficaz, a establecer metas financieras y a tomar decisiones informadas sobre el futuro. Para crear un plan financiero, debes evaluar tu situación financiera actual, establecer objetivos claros y analizar tu presupuesto.
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El plan debe ser personalizado para reflejar tus aspiraciones y situación financiera. La clave para un buen plan financiero es que sea práctico, flexible y adaptable a los cambios en tu vida.
Para crear tu plan financiero, puedes tomar en cuenta datos como tus ingresos actuales, tus gastos fijos, los aumentos o decrecimientos en los costos de productos y servicios que más utilizas.
Al proporcionar tus datos mensuales, el planificador de Condusef te mostrará un presupuesto anual y de esta manera podrás conocer en qué mes tienes más ingresos o gastos. Con esta herramienta podrás plantearte metas de ahorro a corto, mediano y largo plazo.
El Planificador de Presupuesto contiene también un simulador de meta de ahorro, donde al ingresar la cantidad de dinero que deseas generar en un tiempo determinado, te dirá cuánto necesitas ahorrar de forma periódica para conseguirlo.
Se puede acceder a esta herramienta gratuita en phpapps.condusef.gob.mx/planifica/ingresos.php. Los resultados que se obtienen de este dependen de los datos que ingrese el usuario y del uso que dé a los mismos.
Si deseas que tu simulación sea lo más cercana a tu realidad, ten a la mano toda la documentación en donde se muestren tus ingresos y egresos.
Los ingresos son el dinero que obtienen las personas por el trabajo realizado o cualquier otro motivo que incremente su patrimonio.
Los gastos son los desembolsos o salidas de dinero para hacer frente a compromisos adquiridos. Existen gastos fijos y gastos variables.
Los fijos son los que se deben pagar de manera obligatoria y que son consistentes en su monto mes a mes. Por ejemplo, el pago de servicios, el alquiler de una oficina o el pago de un crédito hipotecario.
Los gastos variables son lo que no son continuos, pueden variar en cuanto a su periodicidad y monto. Algunos ejemplos de gastos variables son: alimentación y supermercado, entretenimiento y ocio, compras personales.