México es el segundo país que más consume sopas instantáneas en América Latina, lo que implica un riesgo porque al comerse en exceso pueden causar enfermedades crónico-degenerativas.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) menciona que entre las enfermedades más comunes que pueden provocar al comer en exceso este tipo de productos se encuentran la diabetes, obesidad e hipertensión, lo que tiene relación con la alta cantidad de sodio que tienen las sopas.
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El segundo producto después del Sushi, que demuestra el éxito de la mexicanización de la comida japonesa y que ha cambiado por completo la dieta mexicana es la Sopa Maruchan, elaborada por la empresa japonesa Toyō Suisan.
En 1980, los fideos instantáneos llegaron a México. Las empresas que llegaron fue Toyō Suisan y Nissin, juntos buscaron incursionar en el mercado de México.
En los primeros años no tuvieron éxito, ya que tenían que competir con otro tipo de comidas rápidas, en particular con los puestos de tacos de la calle.
Pero Maruchan logró el éxito en México por ser un producto barato y accesible de transportar. Además, su entrada a México coincidió con el aumento masivo de los hornos de microondas en la casas y tienditas.
Estos factores contribuyeron a que Sopa Maruchan pudiera prepararse en cualquier lugar. Finalmente, fue la tenacidad de Toyō Suisan de invertir en México, uno de los factores importantes. Después de la crisis económica de 1994, Nissin y otras empresas de comida japonesa huyeron de México, pero Toyō Suisan se mantuvo y esto hizo que pudiera dominar el mercado mexicano de los vasos de fideo.
Además, el costo fue un elemento importante porque a parte de ser un alimento en sus inicios innovador y sabroso, se consideraba económico, su precio máximo de venta era de 3.56 pesos. Actualmente su precio oscila de los 15 a 20 pesos.
El mercado de sopas instantáneas en México está en evolución para satisfacer las demandas cambiantes de los consumidores. Las marcas están respondiendo mediante el desarrollo de productos innovadores, como sopas bajas en sodio, sin conservantes artificiales y opciones que incorporan ingredientes locales y frescos.
Por su bajo precio y su rápida preparación, estos productos son consumidos en tiendas, minisúper, puestos callejeros, cooperativas escolares e incluso en las zonas más apartadas y pobres del país.
Pero también son adquiridos para consumo doméstico, por aquello de las prisas. Así, la sopa Maruchan que llegó a México en 1988 para ser vendida como una botana ocasional, se ha instalado en la dieta básica de los mexicanos y ha desplazado a verdaderos alimentos, como el frijol.
