Haz crecer tu dinero en cuotas pequeñas: Invertir en Cetes hunde a las tandas por esta razón

Imagina esta situación: Mónica y Pili se encuentran en una situación que muchas personas enfrentan al decidir cómo ahorrar su dinero. Mientras que Pili se inclina por participar en una tanda, Mónica prefiere invertir en Cetes.

Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas, y la elección entre una y otra puede depender de factores como el riesgo, la seguridad y las metas financieras personales.

¿Te conviene entrarle a una tanda? (Foto: DeDinero)

Las tandas son una forma tradicional de ahorro en la que un grupo de personas contribuye con una cantidad fija de dinero de manera periódica, y cada participante recibe la suma total reunida en un momento determinado, según el sorteo del turno.

Es una práctica común en México y otros países de Latinoamérica, especialmente entre amigos, familiares o compañeros de trabajo.

Fácil acceso: No se requiere afiliación a ninguna institución financiera.
Compromiso sin papeleo: No hay contratos legales, solo la confianza entre los participantes.
Disciplina en el ahorro: Participar en una tanda obliga a los participantes a ahorrar una cantidad fija regularmente.

Riesgo de impago: No hay garantías legales. Si un participante no cumple con su aportación, los demás podrían verse afectados.
Sin rendimientos: El dinero no genera intereses, por lo que se pierde la oportunidad de obtener un rendimiento por el ahorro.
Depreciación del dinero: Debido a la inflación, el valor del dinero puede disminuir con el tiempo.

Por otro lado, los Cetes (Certificados de la Tesorería de la Federación) son una opción de inversión emitida por el gobierno mexicano, con diferentes plazos que van desde 28 hasta 364 días, incluso los 2 años.

Son considerados una de las inversiones más seguras en el país, ya que están respaldados por el gobierno federal.

Seguridad: Los Cetes están respaldados por el gobierno, lo que prácticamente elimina el riesgo de impago.
Rendimientos atractivos: A diferencia de las tandas, los Cetes generan intereses, lo que incrementa el valor del dinero invertido.
Flexibilidad: Los Cetes pueden ser adquiridos con montos mínimos desde 100 pesos, y tienen diferentes plazos que permiten planificar el acceso a los recursos según las necesidades del inversionista.

Plazos fijos: Durante el plazo de inversión, el dinero no está disponible sin penalización.
Disponibilidad limitada: Solo se pueden adquirir Cetes en días específicos de subasta.

Mónica y Pili ilustran claramente las diferencias entre estas dos opciones de ahorro. Ambas forman parte de un ejercicio o ejemplo publicado en el boletín electrónico "Brújula de compra" de la Profeco (Procuraduría Federal del Consumidor).

Mientras que Pili, al elegir la tanda, se enfrentó a la falta de liquidez y a los riesgos asociados con los participantes y el organizador, Mónica pudo mantener su plan de ahorro en Cetes, obteniendo ganancias de más del 11 por ciento y manteniendo cierta flexibilidad para enfrentar imprevistos.

Riesgo vs seguridad: Las tandas implican un mayor riesgo debido a la falta de garantías legales, mientras que los Cetes ofrecen seguridad respaldada por el gobierno.
Rendimientos: Invertir en Cetes no solo preserva el valor del dinero, sino que también lo incrementa a través de los intereses generados.
Liquidez: Los Cetes , aunque tienen plazos fijos, permiten la venta anticipada, aunque con la pérdida de rendimientos, lo que ofrece cierta flexibilidad que las tandas no proporcionan.

Si estás todavía indeciso, evalúa tus necesidades: si buscas una opción de ahorro con rendimientos y seguridad, los Cetes son la opción ideal. Sin embargo, si prefieres una forma de ahorro más informal y cercana, y puedes confiar en los participantes, una tanda puede ser conveniente. Elige siempre opciones que ofrezcan garantías sobre tu dinero. Es importante que cualquier persona interesada en ahorrar o invertir considere tanto sus metas a corto como a largo plazo, y evalúe qué opción se ajusta mejor a su situación financiera actual.