El comportamiento del tipo de cambio entre el peso mexicano y el dólar estadounidense es un tema de relevancia que todos los días es tendencia en redes sociales, y hoy en DeDinero te voy a explicar todos los motivos.
Y es que este fenómeno es importante para la economía de México debido a que influye directamente en la inflación, los precios de bienes y servicios, y el poder adquisitivo de los mexicanos.
Los factores que han contribuido a la subida del dólar en nuestro país a lo largo de este 2024 han generado la atención absoluta de analistas económicos y la población en general.
Este 2024 ha estado marcado por una considerable incertidumbre económica a nivel global. Factores como la inflación en países desarrollados, especialmente en Estados Unidos, junto con las políticas monetarias más restrictivas implementadas por la Reserva Federal (Fed), han creado un ambiente de inestabilidad en los mercados financieros.
Cuando la Fed incrementa las tasas de interés, los inversionistas tienden a mover su capital hacia activos denominados en dólares, buscando mayores rendimientos, lo que fortalece al dólar y, por ende, deprecia el peso mexicano.
El Banco de México (Banxico) también juega un papel importante en la determinación del tipo de cambio. Este año 2024, Banxico ha tenido que enfrentar el dilema de mantener la estabilidad de precios mientras busca fomentar el crecimiento económico.
A pesar de que Banxico ha ajustado su tasa de interés de referencia, no siempre ha logrado contrarrestar el efecto de las decisiones de la Fed, lo que ha llevado a una depreciación del peso frente al dólar.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos y México (ya celebradas en junio), ambas en 2024, añaden una capa adicional de incertidumbre. La posibilidad de cambios en la política económica, tanto en México como en su principal socio comercial, Estados Unidos, genera nerviosismo entre los inversionistas.
Este nerviosismo puede derivar en una fuga de capitales, presionando a la baja al peso mexicano y elevando el valor del dólar.
El comercio internacional también tiene un impacto directo en el tipo de cambio. Las tensiones comerciales y geopolíticas, especialmente entre China y Estados Unidos, han afectado las cadenas de suministro globales y han alterado los flujos comerciales.
México, siendo un país altamente dependiente de sus exportaciones hacia Estados Unidos, se ve afectado por estas tensiones, lo que puede influir en la confianza de los inversionistas en el peso mexicano.
México es un exportador neto de petróleo, y los ingresos por estas exportaciones son una fuente importante de divisas para el país. Este año los precios del petróleo han experimentado volatilidad debido a diversos factores, como la producción de la OPEP y las tensiones en el Medio Oriente.
Una caída en los precios del petróleo puede reducir los ingresos en dólares de México, debilitando la moneda local frente al dólar.
El crecimiento económico y la inversión extranjera directa (IED) en México también influyen en la demanda de pesos y dólares. La economía mexicana ha enfrentado desafíos para mantener un crecimiento sostenido, lo que puede disuadir a los inversionistas extranjeros y presionar al peso.
Además, si la confianza en la economía mexicana se ve mermada por políticas internas o externalidades, la demanda por activos en pesos disminuye, fortaleciendo al dólar.
Finalmente, las expectativas de los inversionistas juegan un papel clave en la determinación del tipo de cambio. Si los inversionistas anticipan una posible depreciación del peso debido a cualquiera de los factores mencionados anteriormente, es probable que busquen refugio en el dólar, lo que a su vez incrementa su valor frente al peso mexicano.
Así es como la subida del dólar en México es el resultado de una compleja interacción de factores globales y locales; todos estos elementos contribuyen a la volatilidad del tipo de cambio. Para los ciudadanos y las empresas en México, entender estos factores es importante para tomar decisiones informadas en un entorno económico cambiante.