La tanda es un sistema de ahorro colectivo muy popular en México y otros países de América Latina. En este esquema, un grupo de personas se compromete a aportar una cantidad fija de dinero en un intervalo de tiempo determinado, y cada vez, uno de los participantes recibe la suma total de lo recaudado.
La persona que organiza la tanda, comúnmente conocida como el "organizador" o "líder de la tanda", desempeña un papel fundamental en la estructura y operación de este sistema.
Pero, ¿qué gana esta persona por organizar una tanda? Hoy en DeDinero exploramos las diferentes formas en que un organizador puede beneficiarse:
En muchos casos, el organizador de la tanda es la primera persona en recibir el fondo completo. Esto puede ser ventajoso si el organizador necesita una cantidad de dinero inmediato para alguna emergencia o gasto específico.
Al ser el primero en recibir el monto total, puede cubrir sus necesidades financieras sin tener que esperar su turno en una tanda tradicional. Y lo irá pagando en cuotas pequeñas.
Otra forma en que los organizadores pueden ganar es a través de un incentivo monetario. A veces, los participantes aceptan pagar una pequeña comisión al organizador por el trabajo de coordinación, la cual puede variar dependiendo del monto total de la tanda y la cantidad de participantes.
Este incentivo suele ser un porcentaje de la tanda o una cantidad fija que se deduce del monto total que cada persona aporta.
El organizador también gana al asegurarse de que todos los miembros cumplan con sus pagos de manera puntual. Dado que el organizador tiene control sobre el grupo, puede elegir participantes de confianza, lo que reduce el riesgo de que alguien no cumpla con sus aportaciones.
Además, en caso de cualquier inconveniente, el organizador tiene la autoridad de buscar soluciones o reemplazos.
En un nivel más social, el organizador puede ganar en términos de relaciones y confianza. Organizar una tanda requiere de habilidades de gestión y organización, y al hacerlo exitosamente, el organizador puede ganar la confianza de los participantes.
Esto puede abrir puertas a futuras oportunidades de negocio o cooperación en otros proyectos de ahorro o inversión.
Finalmente, aunque el organizador de una tanda asume la responsabilidad de coordinar y gestionar los pagos, también se beneficia de un sistema de ahorro disciplinado. Al ser parte de la tanda, el organizador también se compromete a realizar aportaciones regulares, lo que le permite ahorrar dinero de manera estructurada y sin la tentación de gastarlo antes de tiempo.
Así es como organizar una tanda puede ser beneficioso en múltiples formas para la persona encargada. Desde recibir el fondo en primer lugar, obtener incentivos monetarios, asegurar la participación y cumplimiento de los miembros, hasta desarrollar relaciones de confianza y ahorros disciplinados, los organizadores tienen varias razones para asumir este rol.
También es importante mencionar que ser el organizador de una tanda conlleva responsabilidades, como asegurar que todos los participantes cumplan con sus pagos y manejar cualquier inconveniente que surja durante el proceso. Este rol, aunque gratificante, requiere de habilidades organizativas y de liderazgo para ser llevado a cabo con éxito.