Las franquicias son un modelo de negocio atractivo para emprendedores, y en México, Oxxo y 7-Eleven son dos de las marcas más reconocidas dentro de este concepto.
Aunque ambas son ubicadas por las personas como un esquema que opera como franquicias, la realidad es que Oxxo no es una franquicia, pues la mayor parte de las tiendas son operadas bajo un contrato de comisión mercantil y algunas otras con empleados directos.
"Así aseguramos la calidad en todos los productos y servicios. Por lo mismo, no es posible comprar una tienda OXXO, pero sí manejarla como Líder de Tienda", señala la marca.
Además ambas tiendas, Oxxo y 7-Eleven, como modelo de negocio tienen diferencias en costos, operaciones y beneficios que pueden ser decisivas para los interesados en invertir en este sector.
Una franquicia es un modelo de negocio donde una empresa (el franquiciante) otorga a un emprendedor (el franquiciatario) el derecho de usar su marca, sistema operativo y experiencia comercial a cambio de un pago inicial y regalías periódicas.
En el caso de Oxxo y 7-Eleven, las franquicias están diseñadas para garantizar un estándar de calidad en todos sus puntos de venta.
Oxxo, propiedad de FEMSA, es la cadena de tiendas de conveniencia más grande de América Latina. Sin embargo, como te explicaba, no opera como una franquicia, ya que FEMSA retiene la propiedad de las tiendas.
Aunque no se requiere comprar la tienda, los operadores deben cumplir con requisitos estrictos:
El operador recibe un porcentaje de las ventas netas como pago por su gestión.
Menor riesgo financiero al no tener que adquirir el inventario.
Apoyo constante de FEMSA en logística y capacitación.
Limitada autonomía, ya que FEMSA toma las decisiones.
Los ingresos están sujetos al desempeño de la tienda.
7-Eleven, de origen estadounidense, opera como una franquicia tradicional en México. Esto significa que los inversionistas pueden adquirir el derecho de operar y ser propietarios de una tienda bajo su marca.
Los franquiciatarios compran la franquicia, lo que incluye derechos de marca y acceso a proveedores.
A diferencia de Oxxo, aquí el propietario tiene más control sobre la operación diaria.
La inversión inicial incluye un pago único de la cuota de franquicia, calculada según las ganancias brutas de la tienda, que varía entre 100,000 y 1,000,000 de dólares, de acuerdo con el sitio de la cadena.
Además, se deben cubrir otros costos como el anticipo para el inventario, suministros, licencias comerciales, permisos, fianzas y fondos iniciales para la caja registradora.
Mayor autonomía en la operación del negocio.
Reconocimiento de marca global.
Acceso a sistemas avanzados de gestión y logística.
Inversión inicial alta.
Regalías constantes que pueden reducir la rentabilidad.
La elección entre Oxxo y 7-Eleven depende de varios factores, como el capital disponible, tu nivel de experiencia en administración y tus expectativas de autonomía.
En el caso de 7-Eleven, sí es posible, siempre que cumplas con los requisitos financieros y operativos. Para Oxxo, FEMSA asigna las tiendas según la capacidad del operador.
Ahora ya sabes cómo funciona una tienda de Oxxo o 7-Eleven; es importante recordar que ambas opciones ofrecen ventajas importantes en términos de reconocimiento de marca (lo que se traduce en dinero seguro) y apoyo operativo.