Cómo funciona un crédito hipotecario en México

Si ya has decidido comprar una casa, debes saber que un crédito hipotecario puede facilitar esta adquisición. Este tipo de préstamo financiero está diseñado para la compra de propiedades, la adquisición de terrenos, construcción y remodelación de una casa, dejando el inmueble como garantía de pago hasta que se cancele la deuda.

Un crédito hipotecario puede ser una herramienta valiosa para alcanzar el objetivo de contar con una casa propia, pero es fundamental evaluar cuidadosamente tus necesidades y las condiciones del mercado.

Antes de comprometerte con un crédito hipotecario, asegúrate de comprender todos los costos involucrados. Con la planificación adecuada y una elección informada, podrás encontrar el crédito que mejor se adapte a tus metas financieras y a tu capacidad de pago.

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En el mercado mexicano existe una gran variedad de instituciones bancarias, financieras y gubernamentales, como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) o el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste), que otorgan créditos hipotecarios, los cuales tienen distintas características y particularidades.

¿Qué gastos genera un crédito hipotecario?

Para determinar cuál es la mejor hipoteca debes tomar en cuenta factores como:

• CAT (Costo Anual Total): lo que te costará el préstamo de manera anual.
• Tasa de interés: porcentaje que te cobrarán por el plazo que tardes en liquidar el préstamo. Existen cuatro tipos de tasas: fija, variable, mixta y variable con tope.
• Esquema de pago: se refiere a los plazos de pago propuestos en el acuerdo.
• Comisiones: estos créditos tienen diversas comisiones como de apertura, cobro por pagos adelantados, por subrogación o por cancelación.
• Enganche: Es el monto inicial que deberás cubrir, el cual se abonará al pago de la casa.

Los créditos hipotecarios son préstamos a largo plazo, que suelen oscilar entre 5 y 20 años, con pagos mensuales.

Las instituciones financieras normalmente prestan hasta el 90 por ciento del valor del inmueble, por lo que el comprador debe ahorrar para el enganche, que suele estar entre el 10 por ciento y el 20 por ciento del valor de la casa.

Además del enganche, se deben considerar otros gastos adicionales como costos notariales, registro de propiedad, seguros asociados, avalúo, comisión de apertura, y escrituración.