Uno de los momentos más especiales y románticos que pueden vivir los esposos luego de su boda es la etapa de la luna de miel. Hay parejas que suelen planificar este viaje a la par de su boda, aunque hay otras que deciden darle menos tiempo de proyección.
Algunas agencias de viaje recomiendan que este tipo de viajes se planeen con un periodo de tiempo de entre 6 y 12 meses de anticipación, con el fin de que el capital de ambos individuos pueda solventar cada uno de los gastos de la luna de miel.
Es por ello que en esta ocasión en DeDinero, te diremos con cuánto tiempo de anticipación debes comenzar a ahorrar para poder financiar tu luna de miel.
¿Con cuánto tiempo de anticipación debo ahorrar para mi luna de miel?
La planificación y el ahorro son dos temas que siempre irán relacionados en nuestras vidas; y en el caso de la luna de miel, son clave para que este viaje se pueda realizar sin ningún tipo de estrés financiero.
Para poder establecer el período de tiempo con el que se debe planificar la luna de miel, primero que nada se debe calcular el costo de este viaje, por lo que habrá que considerar los siguientes gastos:
- Transporte (vuelos, autobuses, trenes, alquiler de auto).
- Alojamiento (hotel o Airbnb).
- Comidas.
- Actividades y tours.
- Gastos extras (souvenirs o propinas).
Una vez que se haya calculado el costo total de la luna de miel, se puede establecer un presupuesto y un plan de ahorro para cubrir cada uno de los gastos ya mencionados. Sin embargo, de acuerdo con diversos especialistas en viajes, se recomienda comenzar con el ahorro con al menos 12 meses de anticipación.
Con el fin de que ese ahorro se pueda potenciar y cumpla con el propósito de financiar la luna de miel, se pueden seguir las siguientes recomendaciones:
- Establecer un presupuesto y un plan de ahorro claro.
- Abrir una cuenta de ahorro o inversión, para que los rendimientos puedan incrementar el patrimonio.
- Evitar realizar gastos innecesarios durante la etapa del ahorro.
La luna de miel es un momento especial y romántico, por lo que valdrá la pena sacrificar alguna salida o actividad durante el periodo de ahorro.