En el mundo financiero, hay alternativas económicas que pueden ayudar a los padres y madres de familia a asegurar la solvencia económica con el fin de garantizar a sus hijos una educación universitaria.
El fideicomiso educativo, es un instrumento financiero y jurídico que brinda la flexibilidad de realizar operaciones para beneficio del contratante; en este caso, la educación de los infantes.
Este fideicomiso debe estar operado por un banco, mismo que funciona como el fiduciario y es el encargado de captar, custodiar, administrar e invertir las aportaciones para generar rendimientos del dinero que se vaya depositando.
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Un fideicomiso educativo es el único producto integralmente planeado y desarrollado para construir la educación de los hijos, pues es un instrumento financiero exclusivo y especializado para la educación, y da la certidumbre de que el dinero será destinado a ese propósito.
Uno de los beneficios que presentan estos productos es que, por tratarse de una inversión con fines educativos, los rendimientos obtenidos están exentos del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
La institución financiera es un administrador de bienes imparcial, por lo que custodia el patrimonio sin tener interés alguno, vigilando que el destino de los recursos sea aplicado a los fines para los que se constituyó el contrato. Además, el fideicomiso no forma parte de los activos de la institución financiera; lo cual asegura la protección de este patrimonio.
Algunas instituciones financieras tienen convenios con universidades nacionales e incluso extranjeras de las que el contratante se puede beneficiar. Asimismo, se pueden generar rendimientos, los cuales harán que crezca el ahorro durante los años que faltan para que los hijos o hijas ingresen a la universidad.
Contar con el respaldo de una institución financiera; considera que esta lleva el registro de forma individual y anualmente emite un estado de cuenta para que se conozca el estado que guarda la inversión.
Por otro lado, de acuerdo con diversas entidades bancarias, no es necesario destinar excesivas sumas de dinero: un fondo hecho con pequeñas y constantes aportaciones mensuales será suficiente. Aunque es importante resaltar que mientras más temprano se comience, mayores resultados se obtendrán y, por ende, aumentarán las posibilidades de estudiar de los infantes.