¿Te ha pasado que deseabas comprar solo un producto de una tienda y terminaste por llevarte más artículos de los que tenías en mente? Si te es familiar esta situación, es porque probablemente te dejaste llevar por tus emociones.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ha analizado el tema y ha generado algunas recomendaciones para evitarlo, porque esas decisiones pueden afectar tus finanzas.
La Condusef indica que las emociones pueden provocar que la persona sienta como un torbellino o euforia, algo similar a cuando sales de un concierto que te encantó y te encuentras muy emocionada o emocionado; luego ves un puesto de recuerdos y decides comprar una taza con la foto de tu artista favorito.
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Pero cuando esos sentimientos pasan, te das cuenta de que ya tenías otras tazas parecidas y que realmente no necesitabas adquirir una más.
Aunque las emociones son sanas, debemos tener autocontrol sobre sus efectos y no permitir que nos hagan presa solo por el momento. Es decir, no es malo darse un gusto de vez en cuando, siempre que esté contemplado dentro de tu plan de presupuesto.
Algunas de las emociones que menciona la Condusef que pueden llevarte a comprar o no comprar son las siguientes:
Estos sentimientos son los que solemos tener cuando conseguimos un nuevo trabajo, provocando que creamos que nada puede afectar nuestra situación financiera. Es en estos momentos cuando corremos el riesgo de aceptar compromisos a largo plazo o realizar compras por emoción, posteriormente se vuelven en remordimiento.
Son quizás las emociones que más ponen en peligro nuestra billetera, ya que encaminan a las personas a comprar de forma compulsiva, esto porque crean la sensación de llenar un vacío emocional.
El miedo e incertidumbre hacen que las personas se sientan preocupadas por el futuro, por lo que inconscientemente comienzan a abusar del crédito o hacer inversiones con mayor riesgo.
Seguramente alguna vez llegaste a decir: “si él o ella puede, yo también puedo”, y muchas veces nos dejamos llevar por el deseo de poseer lo que otras personas tienen, lo que nos lleva incluso a gastar más de lo que podemos pagar, con el riesgo de sufrir sobreendeudamiento por querer llevar una vida similar.
Estas emociones siempre impactan de forma negativa nuestras finanzas, ya que provocan que las personas no tengan el control de su dinero o que lo manejen de forma irresponsable.
Por instinto, el ser humano siempre busca alejarse de cualquier cosa o situación que le provoque miedo, y esto incluye negarse a analizar sus finanzas, por el temor de enfrentarse a una difícil realidad o por el miedo a perder su patrimonio.
Contrario de lo anterior, este sentimiento provoca que las personas se fíen demasiado en lo que creen, por lo tanto, su valoración del riesgo deja de ser objetiva, además, descuidan el valor real de cómo administran su dinero.
Cada emoción cumple su función, pero es importante mantener el autocontrol al tomar decisiones.
Para lograrlo, la Condusef recomienda:
Sigue estos consejos y podrás tener un mejor control de tus finanzas.