Tupperware Brands Corporation, la icónica marca de recipientes de comida, se declaró oficialmente en bancarrota. Esta noticia sorprendió al mundo, especialmente por la trascendencia de una empresa que por décadas fue sinónimo de almacenamiento de alimentos en millones de hogares.
La bancarrota o quiebra de Tupperware implica un gran cambio en la industria y podría tener importantes repercusiones para México, donde la marca ha sido un jugador relevante en el mercado de productos para el hogar.
La empresa multinacional Tupperware, conocida por sus innovadores productos de almacenamiento, se declaró en quiebra tras una considerable caída en sus ventas. Actualmente, la compañía se encuentra en un proceso judicial para obtener la aprobación necesaria que le permita continuar operando y así proteger su prestigiosa marca en el mercado global de productos para el hogar.
En el primer trimestre de 2024, Tupperware retrasó la presentación de sus cifras de ventas anuales de 2023, un indicio temprano de las dificultades financieras que enfrentaba. Poco después, en junio de ese mismo año, anunció el cierre de una de sus principales plantas en Estados Unidos, lo que resultó en el despido de cerca de 150 empleados. Este fue un claro reflejo de la severidad de la crisis financiera interna de la empresa.
Según diversos medios, Tupperware posee activos valorados entre 500 millones y 1 mil millones de dólares, mientras que sus pasivos oscilan entre los 1 mil y 10 mil millones de dólares. Con este panorama financiero, la compañía busca la autorización judicial para seguir con sus actividades comerciales, mientras enfrenta las enormes deudas acumuladas.
La llegada de Tupperware a México
En mayo de 1966, Tupperware desembarcó en México con la apertura de una planta en Lerma, Estado de México. Esta instalación es considerada una de las más importantes a nivel internacional, pues representa una de las operaciones de mayor envergadura de la compañía fuera de Estados Unidos.
La planta de Lerma cuenta con 56 máquinas dedicadas a la producción de productos para el hogar, junto con áreas de preparación, despacho de pedidos y zonas de embarque que operan a gran escala. Esta infraestructura ha sido importante para el suministro de productos en el mercado latinoamericano y ha permitido que Tupperware mantenga una sólida presencia en la región.
Actualmente, el CEO global de Tupperware, Miguel Fernández, ha liderado los esfuerzos por salvar la compañía. Desde el inicio de la pandemia, ha trabajado para revertir los efectos de las crisis económicas que han afectado a la empresa en los últimos años. Sin embargo, la combinación de cambios en los hábitos de consumo, la competencia creciente y los problemas financieros ha llevado a la compañía a esta delicada situación.
¿Qué le pasó a Tupperware?
Fundada en 1946, Tupperware alcanzó rápidamente la fama mundial gracias a sus innovadores recipientes herméticos que permitían conservar los alimentos de manera más eficiente. La marca ganó popularidad también por su modelo de ventas directas a través de las icónicas "Tupperware parties".
Sin embargo, en los últimos años, la compañía enfrentó problemas financieros debido a varios factores:
- Competencia feroz: Nuevas marcas y productos, a menudo a precios más accesibles, comenzaron a inundar el mercado, erosionando la posición dominante de Tupperware.
- Cambio en el comportamiento del consumidor: La evolución hacia las compras en línea y el declive del modelo de ventas directas debilitó sus ingresos.
- Innovación limitada: Aunque Tupperware intentó diversificar su oferta, no logró mantenerse al día con las nuevas tendencias en la industria de productos para el hogar.
- Deudas acumuladas: A medida que la empresa luchaba por mantenerse a flote, las deudas aumentaron, lo que finalmente la llevó a declararse en bancarrota bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
La bancarrota de Tupperware es un claro ejemplo de cómo incluso las marcas más reconocidas pueden verse afectadas por los cambios económicos y de consumo. En México, donde la marca ha tenido una fuerte presencia desde hace décadas, esta quiebra podría tener repercusiones importantes.
En el vacío dejado por Tupperware, es probable que otras marcas locales y extranjeras de recipientes de plástico y productos para el hogar intenten capitalizar esta oportunidad.
No se descarta que alguna empresa o fondo de inversión adquiera lo que queda de Tupperware para intentar revitalizar la marca. México podría jugar un papel importante en cualquier intento de recuperación, ya que sigue siendo uno de los mercados más grandes para este tipo de productos.
¿Qué podría pasar en México tras la quiebra de Tupperware?
Aunque la bancarrota de Tupperware en Estados Unidos es oficial, no necesariamente significa el fin de la marca a nivel global. Es posible que la empresa intente reorganizarse o que busque nuevos inversionistas.
En el pasado, hemos visto casos donde empresas en bancarrota mantuvieron operaciones limitadas en mercados específicos. Tupperware podría intentar mantener su presencia en México, aunque a una escala más reducida.
Dado que uno de los principales problemas de la empresa fue el modelo de ventas directas, es probable que cualquier intento de recuperación pase por una transformación digital. Las ventas a través de plataformas como Amazon o Mercado Libre podrían convertirse en un enfoque importante para el futuro de la marca en el país.
Aunque la empresa se enfrenta a un futuro incierto, su desaparición abre nuevas oportunidades tanto para competidores como para distribuidores en México y en todo el mundo. El mercado de productos para el hogar es dinámico, y las empresas que logren adaptarse mejor a las nuevas tendencias de consumo, como el comercio electrónico y la sostenibilidad, serán las que dominen el futuro. Mientras tanto, la lección que nos deja la caída de Tupperware es que ninguna marca, por icónica que sea, está exenta de los cambios constantes en la economía global.