Enfrentar la pérdida de un empleo y tener vivir con los ahorros hasta encontrar una nueva fuente de ingresos es una situación que nadie desea tener que afrontar, pero para la cual hay que estar preparados, especialmente teniendo en cuenta que esa misma experiencia será diferente según las desigualdades estructurales y de género.
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) de México revela datos preocupantes sobre la capacidad de hombres y mujeres para sostenerse financieramente en caso de perder su trabajo.
Según la ENIF, solo el 11% de los hombres tiene ahorros suficientes para sobrevivir más de seis meses sin ingresos, mientras que la mayoría de las mujeres no podría cubrir ni siquiera una semana de gastos.
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Estas diferencias no son menores y se deben a una serie de desigualdades estructurales que afectan especialmente a las mujeres, como la brecha salarial, el empleo informal, y las responsabilidades de cuidado y domésticas no remuneradas.
Según los datos, el 35% de las mujeres solo podría cubrir sus gastos por menos de una semana sin ingresos y con sus ahorros, en comparación con el 28% de los hombres.
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Dicho margen se amplía al considerar periodos más largos; por ejemplo, mientras que el 24% de las mujeres podría sostenerse entre uno y tres meses sin trabajo, el porcentaje de hombres en esta situación es del 28%.
Y en el lapso de tres a seis meses, la diferencia es aún mayor: 11% de hombres frente a solo 8% de mujeres, según la encuesta.
Las causas de estas disparidades son múltiples, y es que, según la Encuesta Nacional del Ocupación y Empleo (ENOE) el 74% de los hombres tiene trabajo remunerado, mientras que solo el 44.5% de las mujeres se encuentra en la misma situación. Además, las mujeres indígenas o afrodescendientes enfrentan aún mayores obstáculos para acceder al mundo laboral.
La desigual distribución del trabajo del hogar y de cuidados no remunerado es otro factor clave, ya que las mujeres dedican en promedio 40 horas a la semana a estas actividades, limitando su participación en el mercado laboral.
Otro aspecto importante es la brecha salarial de género, pues según el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), esta puede llegar hasta el 33%, además de que las mujeres a menudo ocupan trabajos vulnerables o subempleados, con el 73% de ellas ganando entre uno y dos salarios mínimos.