Tener un automóvil en la Ciudad de México no solo implica disfrutar de la comodidad de desplazarse a voluntad, sino que también conlleva una serie de costos significativos que afectan la salud financiera de cualquier propietario. Es por ello que es fundamental comprender estos costos para poder planificar adecuadamente y evitar sorpresas desagradables en el presupuesto.
El primer y más evidente costo asociado con tener un auto es el del vehículo mismo, en un mercado automotriz en constante crecimiento, con una amplia gama de marcas y modelos disponibles, es posible encontrar un automóvil que se ajuste a las necesidades y preferencias individuales.
Sin embargo, el precio de compra no es el único factor a considerar, también hay que tener en cuenta los impuestos y gravámenes que se aplican, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre materiales y servicios, el ISAN (Impuesto Sobre Autos Nuevos), y contemplar el pago de los derechos por la expedición de placas y otros documentos.
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Además de estos impuestos iniciales, existen costos recurrentes que deben considerarse, uno de los más importantes es el de la tenencia, un impuesto que varía según la entidad federativa pero que es obligatorio en muchos casos, de igual forma hay que contemplar el pago del refrendo vehicular.
También están los costos asociados con la conducción diaria, como los peajes en autopistas y el gasto en combustible.
Según las estimaciones de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), los mexicanos gastan entre 10 mil hasta 30 mil pesos al año en combustible, dependiendo del modelo del automóvil y de los hábitos de conducción.
Este gasto puede tener un impacto significativo en las finanzas personales, sobre todo si se considera que México está entre los países que destinan una mayor proporción de su sueldo mensual al combustible de sus autos, por lo tanto, es crucial tener en cuenta todos estos gastos al planificar las finanzas personales y tomar decisiones informadas sobre la propiedad y el uso del vehículo.