Por Javier Ramírez (@javierperamz)
El llamado turismo de pobreza, también conocido como "slum tourism", ha capturado la atención mundial debido a su naturaleza controvertida y las implicaciones éticas que conlleva. Es, básicamente, pagar por vivir una experiencia que promete ser austera con personas súper serviciales.
Este fenómeno turístico ofrece una inmersión en las realidades de las comunidades menos favorecidas, buscando, supuestamente, proporcionar una perspectiva más auténtica y educativa que los recorridos turísticos tradicionales.
Hoy en DeDinero revisamos los aspectos más relevantes de este tipo de turismo, basándonos en investigaciones recientes.
¿Cómo impacta el turismo en la desigualdad y la pobreza?
El turismo de pobreza ganó prominencia durante las décadas de los 80 y 90, por las visitas a las favelas de Brasil y los townships de Sudáfrica. Los visitantes, motivados por la búsqueda de experiencias auténticas, se adentraban en estas áreas con el objetivo de entender las complejas dinámicas sociales que las caracterizan.
Las motivaciones detrás de este tipo de turismo son variadas, predominando el deseo de experimentar la "realidad" de estas comunidades más allá de los circuitos turísticos convencionales. Los turistas suelen buscar una comprensión más profunda de las condiciones socioeconómicas de las áreas visitadas, movidos por un interés educativo y, en muchos casos, por un sentimiento de solidaridad hacia las comunidades empobrecidas.
Aunque una crítica considerable al turismo de pobreza es que puede convertirse en una forma de voyeurismo, donde la miseria se exhibe como una atracción turística. Este enfoque puede llevar a la humillación y estigmatización de las comunidades visitadas, con los beneficios económicos beneficiando principalmente a operadores turísticos externos y no a las comunidades locales.
La preocupación principal es si los ingresos generados por estas actividades realmente contribuyen al bienestar de las comunidades afectadas.
Aunque el turismo de pobreza puede perpetuar estereotipos negativos y ofrecer una imagen distorsionada de las comunidades, también existe el potencial de cambiar percepciones y promover un entendimiento más profundo si se maneja éticamente.
Los estudios sugieren que una colaboración genuina y respetuosa con las comunidades locales puede transformar esta actividad en una herramienta efectiva para el empoderamiento comunitario.
Y es que cuando se organiza de manera responsable, este tipo de turismo tiene el potencial de proporcionar beneficios económicos importantes a las comunidades, como la creación de empleos y el aumento de ingresos.
Además, puede servir como un catalizador para la concienciación y la movilización sobre temas sociales y políticos que afectan a las áreas visitadas. Para ello, es esencial que tanto turistas como operadores turísticos aborden el turismo de pobreza con un alto grado de respeto y sensibilidad hacia las comunidades anfitrionas.
Sin lugar a dudas, el llamado turismo de pobreza es un tema complejo que requiere un manejo cuidadoso y considerado. Solo a través de prácticas éticas y colaborativas puede transformarse en una herramienta efectiva para el cambio social y el beneficio comunitario, evitando la explotación y fomentando un intercambio cultural genuino y respetuoso.
Para más información y análisis profundos sobre el turismo de pobreza, puedes consultar el Repositorio Académico UPC y OasisBR, donde encontrarás estudios y reportes detallados sobre este tema controvertido e interesante.
