En el mundo financiero actual, los microcréditos han demostrado ser una poderosa forma de ayudar a las personas con recursos limitados a emprender negocios, mejorar sus condiciones de vida e incentivar el crecimiento.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) los microcréditos son préstamos de pequeñas cantidades de dinero que tienen como objetivo ayudar a las personas que no tienen acceso a los servicios financieros formales y que, a pesar de ello, tienen capacidad emprendedora.
Estos productos financieros pueden destinarse a desarrollar micronegocios, promover actividades productivas, artesanales, comerciales, de servicios, consumo y vivienda.
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Existen los microcréditos individuales, que son financiamientos otorgados a una persona para actividades productivas, que sea propietaria de una micro o pequeña empresa. Por lo regular requiere la presentación de avales o una garantía prendaria, ya sea la escritura de la casa, el carro o algún otro.
El objetivo de un crédito individual es potenciar la capacidad de la microempresa para desarrollar un negocio. Este tipo de créditos generalmente se destina para capital de trabajo, compra de activo fijo o adecuaciones de local.
Por otro lado un microcrédito grupal o solidario es dirigido a personas que, al no contar con garantías propias, pueden formar grupos de cinco o más personas de la misma comunidad para responder en conjunto por el crédito. Algunas de sus características son: