La Ciudad de México es una metrópoli que históricamente ha sido afectada por movimientos telúricos (temblores, sismos, terremotos), algunos de gran magnitud.

Por eso, la implementación de un sistema de en México ha sido una herramienta vital para salvaguardar la vida de los habitantes. Sin embargo, existe una interrogante común entre los ciudadanos: ¿por qué no se activa esta alerta durante los microsismos?

Los son movimientos telúricos de baja magnitud, generalmente menores a 4 grados en la escala de Richter. Estos sismos son a menudo imperceptibles para la mayoría de la población y, por lo general, no causan daños materiales significativos.

Aunque es cierto que en microsismos como los 3 que ocurrieron hoy 12 de diciembre en la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México, de 2.4, 2.8 y 3 grados en la escala de Richter, decenas de habitantes pudieron percibirlo de manera fuerte debido a la cercanía del epicentro con su localidad.

El sistema de alerta sísmica de la CDMX, conocido como SASMEX, fue desarrollado para advertir a la población de sismos que puedan causar daños considerables; su sistema se basa en una red de sensores distribuidos a lo largo del país, los cuales detectan las ondas sísmicas primarias (ondas P) que son más rápidas y menos dañinas, permitiendo emitir una alerta antes de que lleguen las ondas secundarias (ondas S) más destructivas.

Para que se active la alerta sísmica, el sismo debe cumplir con ciertos criterios de magnitud y potencial de daño, por eso generalmente la alerta se activa para sismos de magnitud igual o superior a 5 en la escala de Richter.

Este umbral asegura que la alerta sea emitida para sismos que potencialmente puedan causar daños en la estructura urbana.

¿Por qué no se activa la alerta sísmica en microsismos?

El motivo principal por el que no se activa la alerta durante los microsismos es su baja magnitud, pues el movimiento no alcanza el umbral establecido para la activación del sistema de alerta, ya que representan un riesgo bajo para la población y estructuras.

Activar la alerta para estos eventos menores podría generar una especie de "fatiga de alerta" entre la población, disminuyendo la eficacia del sistema para cuando se presenten sismos de mayor magnitud, lo que podría resultar en un caos mortal y devastador.

Aunque los microsismos no activan la alerta sísmica, son monitoreados por instituciones como el Servicio Sismológico Nacional (SSN), para entender la sismicidad de la región y mejorar las medidas de prevención.

Además, la comunicación efectiva sobre estos fenómenos es importante para mantener informada a la población y evitar la propagación de información falsa o alarmista.

Las autoridades de Protección Civil recordaron que es importante que los habitantes de la Ciudad de México mantengan una cultura de prevención y preparación sísmica, lo que incluye participar en simulacros, tener un plan de emergencia familiar, y estar informados sobre cómo actuar antes, durante y después de un sismo.

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