Este lunes 7 de abril de 2025 pasará a la historia como uno de los días más oscuros para los mercados financieros asiáticos (por eso se le conoce popularmente como lunes negro). Los principales índices bursátiles del continente se desplomaron tras la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos, en un movimiento que desató una nueva ola de tensiones comerciales globales.
Las reacciones no se hicieron esperar y han reavivado el temor de una recesión económica mundial.
Los números son contundentes. El Nikkei 225 de Japón cayó casi un 9%, su peor caída en más de un año y medio. Las acciones bancarias encabezaron las pérdidas, con el índice bancario Topix desplomándose un dramático 17.3%, según Reuters.
En Hong Kong, el Hang Seng registró una pérdida de más del 13%, marcando su peor jornada desde la crisis asiática de 1997, mientras que el Shanghai Composite de China se redujo un 7%.
Por su parte, el índice KOSPI de Corea del Sur retrocedió 5.5%, y el Nifty 50 de India cayó 3.24%, siendo esta su peor sesión en diez meses.
El origen de esta crisis bursátil se encuentra en la decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer una nueva ronda de aranceles a productos provenientes de Asia, especialmente de China. La medida fue interpretada como una señal de guerra comercial abierta, generando caos en los mercados.
En respuesta, China anunció aranceles del 34% a productos estadounidenses, además de restricciones a la exportación de minerales estratégicos, intensificando aún más las tensiones geopolíticas y económicas.
Según The Australian, funcionarios y comerciantes chinos han calificado las medidas de Washington como "intimidación económica" y advirtieron que la respuesta será "sistemática y severa".
Aunque el epicentro del desplome ocurrió en Asia, los efectos ya se están viendo reflejados en otros mercados globales:
En Estados Unidos, los futuros del S&P 500 y del Nasdaq retrocedieron 5% y 5.7%, respectivamente, al inicio de la jornada.
Diversos analistas financieros y casas de inversión han encendido las alarmas. Según estimaciones de JPMorgan, existe un 60% de probabilidad de que el mundo entre en recesión en los próximos meses.
Por su parte, Goldman Sachs ya ha reducido sus proyecciones de crecimiento global para 2025.
La combinación de aranceles, caída bursátil, pérdida de confianza y represalias comerciales apunta a un panorama de alta incertidumbre económica, que podría frenar la recuperación global tras los efectos inflacionarios de los últimos años.
Una recesión es una etapa del ciclo económico caracterizada por una disminución significativa y generalizada de la actividad económica durante un periodo prolongado, usualmente de al menos dos trimestres consecutivos.
Se refleja en una caída del Producto Interno Bruto (PIB), aumento del desempleo, reducción del consumo y la inversión, así como en un descenso de la producción industrial y el comercio.
Aunque sus causas pueden variar, como crisis financieras, conflictos geopolíticos o políticas económicas restrictivas, su impacto se siente en todos los niveles de la economía, afectando tanto a las empresas como a los hogares.
Todo indica que los mercados seguirán mostrando alta volatilidad mientras los líderes mundiales no encuentren una solución diplomática.
Inversionistas, bancos centrales y gobiernos estarán atentos a:
El término “Lunes Negro” hace referencia a una jornada bursátil en la que los principales índices caen abruptamente, generando pérdidas masivas e incertidumbre en los mercados financieros.
Asia concentra economías clave como China, Japón, India y Corea del Sur. Lo que ocurre en esos mercados impacta en las cadenas globales de suministro, comercio e inversión.
No necesariamente. En contextos de crisis, muchos expertos recomiendan mantener la calma y evaluar estrategias a largo plazo. Cada decisión debe ajustarse al perfil de riesgo del inversionista.
Dependerá de la rapidez con la que se resuelvan los conflictos comerciales. Si se agravan, los efectos podrían extenderse por varios trimestres, incluso afectando al empleo y el consumo global.
Este Lunes Negro evidencia la fragilidad del sistema económico global ante decisiones unilaterales como la imposición de aranceles. El desplome de las bolsas asiáticas no es solo un dato financiero, sino un síntoma de una tensión sistémica que requiere atención diplomática urgente. El mundo está observando.