Los créditos o préstamos son productos financieros ofrecidos por entidades bancarias a sus clientes, permitiéndoles disponer de una cantidad específica de dinero durante un periodo determinado. A cambio, el cliente se compromete a devolver el monto prestado más los intereses generados.

No obstante, pueden surgir circunstancias inesperadas que resulten en una reducción o pérdida de recursos financieros, lo cual puede afectar la gestión de estas deudas. Por esta razón, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros () recomienda solicitar una reestructuración de la deuda con el banco.

Es por ello que en te explicamos cómo puedes renegociar tu deuda con una institución financiera, según las políticas de algunas entidades bancarias.

Reunir información sobre la deuda: Antes de comenzar a negociar, es fundamental tener un entendimiento claro de la situación financiera, incluyendo el monto total de las deudas, los tipos de interés y las fechas de vencimiento.

Ponerse en contacto con los acreedores: Una vez que se tenga una buena comprensión de la situación financiera, se puede iniciar el contacto con los bancos para explicar la situación y preguntarles si existe la posibilidad de renegociar.

Ser realista: Es importante ser consciente al negociar con los bancos, ya que no cumplir con los montos y fechas acordadas puede hacer que las instituciones no estén dispuestas a negociar nuevamente.

La Condusef menciona que los bancos suelen ofrecer diferentes opciones para reestructurar las deudas:

Prolongar el período de pago: Será posible extender el plazo para liquidar la deuda, realizando pagos mensuales de cantidades menores, aunque se debe considerar que la tasa de interés será más alta.

Consolidar la deuda: En caso de tener dos o más préstamos o créditos, esta alternativa puede resultar muy beneficiosa, ya que posibilita la transferencia de todas las deudas a una sola cuenta, lo que permite reducir los intereses.

Plan de pagos fijos: Mediante esta alternativa, el banco disminuye los intereses de las deudas, estableciendo pagos de mensualidades con un monto fijo.

Quita: A través de esta opción, la entidad bancaria y el deudor acuerdan la reducción del saldo pendiente, con el objetivo de recuperar un porcentaje del capital prestado. No obstante, los bancos desaconsejan esta alternativa debido a su impacto negativo en el historial crediticio de los clientes.


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