La inflación es un término económico que describe el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo.
En términos simples, significa que con el paso del tiempo, el dinero pierde su poder adquisitivo; es decir, lo que antes se podía comprar con una cantidad determinada de dinero, ahora cuesta más.
Esta mide la inflación excluyendo los precios de bienes y servicios más volátiles, como los alimentos y la energía. Es considerada una medida más estable de la inflación, ya que refleja las tendencias subyacentes en la economía.
Incluye los precios de los bienes y servicios volátiles. Este tipo de inflación puede ser más sensible a factores externos, como los precios internacionales del petróleo o las condiciones climáticas.
La inflación puede ser causada por diversos factores:
Cuando la demanda de bienes y servicios supera la capacidad de producción de una economía, los precios tienden a aumentar.
Si el costo de los insumos o la mano de obra aumenta, las empresas suelen trasladar estos costos a los consumidores en forma de precios más altos.
La expansión de la oferta monetaria, a través de la impresión de dinero o políticas de tasas de interés bajas, puede generar inflación si no es acompañada por un crecimiento económico equivalente.
La inflación es un indicador clave de la salud económica de un país. Una inflación moderada es generalmente vista como un signo de una economía en crecimiento, pero si la inflación es demasiado alta, puede erosionar el poder adquisitivo de los consumidores, afectar el ahorro y la inversión, y generar incertidumbre económica.
La inflación reduce el poder adquisitivo de los ingresos fijos y afecta la capacidad de las personas para comprar bienes y servicios.
Las empresas pueden enfrentar costos más altos de insumos y pueden necesitar ajustar sus precios, lo que puede afectar la demanda de sus productos.
Los bancos centrales, como el Banco de México, utilizan la política monetaria para controlar la inflación, ajustando las tasas de interés para influir en la economía.
En julio de 2024, la inflación general anual en México aumentó a 5.57%, impulsada por un alza en el componente no subyacente, que es más volátil. No obstante, la inflación subyacente, que muestra una tendencia más estable, ha estado disminuyendo durante 18 meses consecutivos, situándose en 4.05 por ciento.
Esta dinámica refleja las complejidades y desafíos que enfrenta la economía mexicana. Y es que mientras que las expectativas de inflación general para el cierre de 2024 han aumentado, las expectativas de inflación subyacente han disminuido, lo que indica una mayor estabilidad en los precios de los bienes y servicios no volátiles.
El Banco de México espera que la inflación general converja a su meta del 3 por ciento para el cuarto trimestre de 2025. Sin embargo, existen riesgos tanto al alza como a la baja que podrían afectar este pronóstico, como fluctuaciones en los precios internacionales de los alimentos y la energía, así como cambios en la demanda interna y externa.
En respuesta a estas condiciones, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió reducir la Tasa de Interés Interbancaria a 10.75 por ciento, lo que busca adaptarse a las condiciones económicas actuales y futuras, incentivando el crecimiento económico sin dejar de controlar la inflación.
Entender la inflación es importante para comprender cómo se desarrolla una economía y cómo pueden verse afectados tanto los consumidores como las empresas.