Cuando una relación de trabajo llega a su fin, ya sea porque una persona renunció de manera voluntaria, o bien, por un despido, el trabajador podría preguntarse si le toca el pago de liquidación o finiquito, por sus servicios prestados a la empresa, como parte de sus derechos laborales.
Un finiquito es un documento que una empresa entrega a un trabajador cuando finaliza su relación laboral. Este documento certifica el fin del contrato y detalla los pagos que el empleador realiza al trabajador.
Una liquidación se da cuando la empresa rescinde del contrato por motivos que no tienen que ver con el desempeño del trabajador.
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El finiquito se otorga al trabajador cuando él y el patrón dan por terminada la relación laboral voluntariamente. El finiquito debe incluir todas las remuneraciones que el trabajador ha devengado, pero aún no ha percibido, así como cualquier indemnización por despido o fin de contrato.
Para calcular el finiquito, se consideran los siguientes conceptos:
Para calcular el salario correspondiente a los días trabajados, se divide el salario mensual entre 30 días y se multiplica por los días trabajados hasta la fecha de renuncia.
Antes de firmar el finiquito, es recomendable revisarlo con detalle, ya que tiene un carácter extintivo, liberatorio y liquidatorio. El trabajador no está obligado a aceptar la propuesta y puede solicitar su revisión.
Hay tres posibles vías de acción ante un finiquito:
Por ley, no existe ningún plazo para pagar el finiquito al trabajador, salvo que el convenio colectivo correspondiente lo establezca.
La liquidación por despido está compuesta por el pago de los siguientes conceptos:
De acuerdo con la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo, en caso de despido, tienes la opción de demandar que te reinstalen en tu puesto bajo los mismos términos y condiciones en las que lo desempeñabas. Ante un despido injustificado, tienes un plazo de dos meses para entablar una demanda.