Estas en busca de un apoyo económico y tienes un pequeño negocio, las Tandas para el Bienestar pueden ser tu apoyo. Conoce en DeDinero cómo poder obtener este tipo de créditos a la palabra que se tramitan en las sucursales de Financiera para el Bienestar (FINABIEN).
Las Tandas para el Bienestar son microcréditos a la palabra, dirigidos principalmente a pequeños emprendedores, trabajadores informales, y personas con negocios pequeños que necesitan capital para incrementar su productividad.
Este programa está orientado a promover la inclusión financiera y apoyar el desarrollo de microempresas, especialmente en comunidades con mayores necesidades económicas.
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Esta iniciativa se posiciona como una opción accesible para obtener los fondos necesarios destinados al crecimiento empresarial, con dos modalidades para ser acreedor al Microcrédito del Bienestar:
El programa otorga un primer crédito de 6 mil pesos mexicanos, que se entrega sin intereses. Si el beneficiario cumple con la devolución del crédito en el plazo establecido, que es de 1 año, puede acceder a una segunda tanda con un monto mayor, y así sucesivamente, hasta un máximo de 20 mil pesos.
Los beneficiarios tienen un plazo de 10 meses para devolver el microcrédito, sin intereses. El monto se paga en 10 cuotas mensuales, lo que facilita el cumplimiento del pago.
Para acceder a las Tandas del Bienestar, los interesados deben estar inscritos en el censo de bienestar, que es un padrón de personas en situación de vulnerabilidad económica. Además, deben presentar un proyecto o negocio que requiera el crédito para su fortalecimiento o expansión.
El objetivo es fomentar la actividad económica a nivel local, fortalecer las microempresas y mejorar las condiciones de vida de las personas en situación de pobreza o con limitaciones para acceder a créditos formales.
Lo que hace tan accesibles a las Tandas para el Bienestar es que no se requiere comprobar ingresos, ni presentar garantías, avales o historial crediticio.
Desde su implementación, las Tandas para el Bienestar han sido bien recibidas por la población, son una herramienta clave en la estrategia del gobierno mexicano para reducir la pobreza y fomentar el emprendimiento a pequeña escala.