Emprender en América Latina nunca ha sido una tarea sencilla pues las estadísticas demuestran que el 75 por ciento de las startups cierran sus puertas después de dos años.

Así, el panorama emprendedor en la región es un desafío en constante evolución. Sin embargo, existen casos notables de latinoamericanos que han logrado no solo superar las dificultades, sino también generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.

Los 3 negocios que buscaban ayudar a otros y :

Mamotest

Mamotest es un emprendimiento argentino que nació de una conversación entre un médico radiólogo, Guillermo Pepe, y su hijo, experto en economía empresarial. Impulsados por la preocupación de que muchas mujeres murieran de cáncer de mama debido a la falta de detección temprana, decidieron encontrar una solución.

La clave fue acercar la tecnología de mamografía a las áreas remotas a través de la telemedicina. Instalaron mamógrafos en lugares donde no estaban disponibles y crearon una red de más de 300 expertos que analizan las imágenes en línea y envían los resultados a las pacientes en 24 horas.

Mamotest ha realizado más de 350 mil diagnósticos, ayudando y salvando vidas y obteniendo la certificación B debido a su impacto en la economía, la sociedad y el medio ambiente.

Kingo

Kingo, fundado por el guatemalteco Juan Fermín Rodríguez, se compromete a ayudar proporcionando energía solar a comunidades que carecen de acceso a la red eléctrica.

Utilizando paneles solares con un modelo de prepago, Kingo permite que las personas accedan a la energía solar sin tener que comprar o mantener costosos equipos.

Este emprendimiento comenzó como un proyecto piloto para 50 familias y creció rápidamente, llegando a 55 mil hogares en Guatemala y extendiéndose a Colombia.

Kingo planea instalar 140 mil sistemas para 2022 y expandirse por toda América Latina. Además de su éxito, Kingo ha atraído inversiones de más de 25 millones de dólares, incluyendo el respaldo de Leonardo DiCaprio, quien se ha convertido en inversor y asesor oficial.

Sinba

Sinba, cuyo nombre proviene de "Sin basura", es un emprendimiento que se enfoca en abordar el problema del desperdicio de alimentos en América Latina.

Aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdicia, y Sinba ha encontrado una solución al reciclar sobras de alimentos para su uso como alimento para animales.

La empresa asesora a restaurantes sobre cómo gestionar sus residuos orgánicos, los recoge y los transforma en alimento animal o abono en una biofábrica.

Sinba también opera una red de recolección de residuos en hogares, recicla aceite en biocombustible y educa sobre cómo reaprovechar el 90 por ciento de la basura. Este emprendimiento ha reciclado más de 2 mil 100 toneladas de residuos orgánicos y se ha convertido en una empresa B Certificada.

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