Hace unos días el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, dio a conocer que el 20 de enero, día que tomará la presidencia de la Unión Americana por segunda vez, impondrá un nuevo arancel del 25 por ciento a los productos que importe EU de México y Canadá.
Esta medida tiene el objetivo de que ambas naciones tomen acciones contra la migración ilegal, el tráfico de sustancias ilícitas, especialmente el fentanilo. Estos acontecimientos, afectarían a la industria mexicana, ya que muchas de las exportaciones que realiza nuestro país hacia los Estados Unidos se encarecerían, afectando a sectores como el gasolinero, automotriz y más.
Ante esto, durante la conferencia matutina que ofrece la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, compartió un informe en donde se detallan las afectaciones que tendría la Unión Americana, si es que Trump decide imponer este impuesto a las importaciones.
De acuerdo con el mandatario mexicano, esta no es la primera vez que el gobierno estadounidense busca incrementar el costo de los aranceles a México, pues recordó que, en 1971, bajo el mandato de Richard Nixon, se intentó realizar esta acción.
El titular de la Secretaría de Economía mencionó que el imponer este porcentaje de arancel a las importaciones es considerado como “un tiro en el pie”, ya que afectaría a las empresas estadounidenses que se han consolidado en nuestro país, ya que son las que más exportan a México.
Por otro lado, Marcelo Ebrard también explicó la propuesta que el gobierno mexicano le presentará a Trump una propuesta, para que la nación de las barras y las estrellas no imponga estos aranceles a las importaciones mexicanas.
De acuerdo con Ebrard, de enero a septiembre del 2024, el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, recaudó un total de 776.5 billones de dólares, el 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Por lo tanto, manifestó que en la mesa solo había dos opciones: la primera es fragmentarse y dividir con acusaciones y tarifas, o construir unidos una región fuerte, competitiva y preparada para liderar el futuro con el fin de competir con otras regiones.
“La prosperidad compartida, nos ha subrayado la presidenta Claudia Sheinbaum, debe ser el objetivo de los tres países. Para lograr esto, todo lo que vaya contra la prosperidad compartida, no funciona; todo lo que sean impuestos innecesarios, encarecer productos o dificultar producción va en contra de la prosperidad compartida que queremos”, agregó Marcelo Ebrard.