En un incidente inusual, una familia en Florida, Estados Unidos, está exigiendo una compensación de más de 80 mil dólares (casi un millón y medio de pesos mexicanos) a la NASA, tras el impacto de un fragmento de basura espacial en su hogar.
Este evento resalta el creciente problema de los desechos espaciales y cómo pueden afectar a las personas en la Tierra.
El 8 de marzo de 2024, un fragmento de 700 gramos de desechos espaciales atravesó el techo de la casa de Alejandro Otero en Naples, Florida. Este objeto, que posteriormente fue identificado como un fragmento de una plataforma de carga de baterías usadas liberadas desde la Estación Espacial Internacional en 2021, dejó un agujero considerable en el techo del hogar de los Otero. Afortunadamente, el hijo de Otero estaba en casa pero no resultó herido.
La NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) confirmó que el fragmento no se desintegró completamente al reingresar a la atmósfera terrestre, lo que permitió que impactara en la residencia de los Otero. Esta confirmación fue lo suficiente para que la familia pudiera presentar su reclamación formal a la agencia espacial.
El bufete de abogados Cranfill Sumner, que representa a la familia Otero, emitió un comunicado en el que detalló los motivos de la reclamación. Según la abogada Mica Nguyen Worthy, la familia está buscando una compensación que considere no solo los daños materiales, sino también el estrés emocional y el impacto en sus vidas cotidianas. Worthy destacó que, aunque no hubo lesiones físicas, el incidente pudo haber tenido consecuencias catastróficas.
La NASA tiene un plazo de seis meses para responder a la reclamación. Este caso podría sentar un precedente importante sobre cómo se manejarán futuros reclamos relacionados con la basura espacial. La respuesta de la NASA será observada de cerca por expertos legales y ciudadanos preocupados por la creciente cantidad de desechos en el espacio.
La basura espacial se refiere a cualquier objeto hecho por el hombre que ya no tiene utilidad y se encuentra en órbita alrededor de la Tierra. Esto incluye satélites inactivos, restos de cohetes y otros fragmentos resultantes de colisiones y desmantelamientos en el espacio.
El crecimiento del tráfico espacial ha incrementado la cantidad de basura en órbita, lo que a su vez aumenta el riesgo de impactos con satélites activos y, como en el caso de los Otero, con la Tierra. Los fragmentos de basura espacial viajan a velocidades extremadamente altas, lo que les permite causar daños severos al reingresar a la atmósfera.
Las agencias espaciales internacionales, incluida la NASA, están trabajando en varias estrategias para mitigar el problema de la basura espacial. Estas incluyen la desorbitación controlada de satélites al final de su vida útil, el desarrollo de tecnologías para capturar y remover desechos y la implementación de regulaciones más estrictas sobre el lanzamiento y manejo de objetos en el espacio.
El caso de la familia Otero podría establecer un importante precedente legal en cuanto a la responsabilidad de las agencias espaciales por los daños causados por la basura espacial. Hasta ahora, la mayoría de los incidentes relacionados con desechos espaciales no han resultado en reclamos formales, pero a medida que aumenta el tráfico espacial, es probable que más personas se vean afectadas.
El incidente en Naples, Florida, es un recordatorio contundente de los peligros que la basura espacial representa para las operaciones espaciales y para la vida cotidiana en la Tierra. La respuesta de la NASA y el desenlace de este caso legal serán importantes para definir cómo se manejarán futuros incidentes similares.