Las preocupaciones económicas, como las deudas o la falta de ingresos, son una de las principales fuentes de estrés en la población. De acuerdo con un estudio de la Asociación Americana de Psicología, dos de cada tres personas en Estados Unidos señalaron que el dinero es una causa importante de estrés.
El impacto puede ser severo, generando trastornos como ansiedad, depresión y estrés crónico.
La incertidumbre sobre el futuro financiero puede llevar a episodios de ansiedad recurrentes, y las dificultades prolongadas, como el desempleo o las deudas impagables, pueden minar el bienestar emocional.
Esto afecta la calidad del sueño, las relaciones interpersonales y el rendimiento laboral.
Por otro lado, los problemas de salud mental pueden perjudicar la capacidad de tomar decisiones financieras adecuadas. Por ejemplo:
La relación negativa entre salud mental y finanzas se convierte en un ciclo difícil de romper. El estrés por problemas financieros empeora la salud mental, lo que a su vez reduce la capacidad de administrar el dinero, agravando las dificultades económicas.
Entre las principales consecuencias se encuentran:
Existen estrategias para mejorar tanto el bienestar emocional como la estabilidad financiera:
Conocer tus ingresos y gastos es importante para reducir el estrés financiero. Un presupuesto bien estructurado te ayuda a mantener el control y planificar para emergencias.
Ahorrar para imprevistos reduce la ansiedad asociada a posibles emergencias, como gastos médicos o reparaciones importantes.
Las técnicas de mindfulness, como la meditación, pueden ayudarte a gestionar mejor el estrés relacionado con el dinero. Dedicar tiempo a actividades que te generen bienestar también es importante.
Evita recurrir a créditos para cubrir gastos innecesarios. Prioriza la liquidación de deudas con altas tasas de interés para mejorar tu flujo de efectivo.
Tanto en finanzas como en salud mental, el acompañamiento de expertos puede marcar una gran diferencia. Un asesor financiero puede ayudarte a mejorar tus hábitos económicos, mientras que un terapeuta puede ofrecerte herramientas para manejar mejor el estrés.
Sí, pero no es saludable. El estrés financiero es común, especialmente en tiempos de incertidumbre económica. Sin embargo, si el estrés se vuelve crónico, es importante buscar apoyo profesional.
Comienza con pequeñas acciones. Establece metas financieras realistas, prioriza la organización y busca ayuda externa.
Organizaciones como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) ofrecen asesoría gratuita sobre administración del dinero. Asimismo, existen programas de apoyo emocional en instituciones de salud pública.
Con estos pasos, podrás romper el ciclo negativo entre salud mental y finanzas, logrando un equilibrio que te permita disfrutar de una mayor tranquilidad y seguridad económica.