Asistí a uno de los conciertos de La Academia que se transmite por TV Azteca & Disney Plus y cuya final es este domingo, y tuve la oportunidad de conversar con varios asistentes sobre lo que significaba esta experiencia en sus vidas. Aunque no tuvo ningún costo para el público, nos brindó un gran valor emocional, nos relajó y, personalmente, me recordó las sesiones de terapia psicológica donde me explicaban cómo este tipo de vivencias pueden influir en nuestros hábitos de consumo y en nuestras decisiones financieras.
Desde una perspectiva psicológica, el bienestar emocional juega un papel fundamental en las decisiones financieras que tomamos día a día. Las personas que gozan de estabilidad emocional tienden a ser más reflexivas y conscientes a la hora de gastar su dinero, lo que a menudo resulta en mejores decisiones financieras.
Por el contrario, aquellos que experimentan niveles elevados de estrés o inestabilidad emocional pueden recurrir al gasto impulsivo o a hábitos de consumo que a largo plazo podrían perjudicar su economía.
Uno de los hábitos que muchas personas han adoptado como método de alivio emocional es asistir a conciertos. Esta experiencia, cargada de emociones positivas, puede tener efectos considerables en el estado de ánimo y la reducción del estrés.
Según un estudio de Fagan, J.L. (2019), las personas que asisten a conciertos experimentan una notable mejora en su bienestar emocional y niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés. Los ambientes sociales, junto con la música, crean una sensación de conexión emocional que favorece la relajación y disminuye la ansiedad.
La música en vivo estimula la producción de dopamina, la hormona responsable de la felicidad, lo que permite a los asistentes relajarse y liberar tensiones acumuladas. Esta mejora en el bienestar emocional tiene un impacto directo en el estado mental de la persona, lo que puede influir en una toma de decisiones más consciente y racional.
Diversos estudios psicológicos sostienen que el bienestar emocional es importante para la toma de decisiones financieras acertadas. Según un estudio de la Doctora Jennifer Lerner (Harvard University, 2014), las personas emocionalmente estables tienden a planificar mejor sus gastos, evitan deudas innecesarias y se enfocan en sus objetivos a largo plazo.
En contraste, quienes experimentan emociones negativas, como el estrés crónico o la ansiedad, pueden optar por tomar decisiones financieras que ofrezcan gratificación instantánea pero que, a largo plazo, impacten negativamente su economía.
Asistir a conciertos, en su justa medida, es una actividad recreativa que permite a las personas equilibrar su bienestar emocional, reduciendo el estrés y proporcionando momentos de satisfacción personal. Al sentirse emocionalmente estables, es más probable que controlen mejor sus gastos, evaluando si la inversión en entretenimiento es acorde con sus ingresos y sus metas a largo plazo.
A pesar de los beneficios emocionales que se obtienen al asistir a conciertos, esta actividad también puede convertirse en una válvula de escape emocional que, si no se controla, puede desencadenar problemas financieros. El gasto frecuente y no planificado en entradas de conciertos, viajes o accesorios relacionados puede generar desequilibrios financieros a largo plazo, sobre todo si no se ajusta al presupuesto personal.
Un aspecto importante en la psicología del consumo es que las personas tienden a justificar ciertos gastos emocionales bajo el pretexto de "merecimiento", lo que podría conducir a un ciclo de consumo impulsivo. La Dra. April Benson, experta en psicología del consumo, menciona que "el consumo emocional es una manera de intentar llenar vacíos emocionales, pero a menudo, las personas no se dan cuenta de que están perpetuando una cadena de estrés financiero".
Por lo tanto, aunque asistir a conciertos puede ser una experiencia enriquecedora para el estado emocional, es fundamental que las personas mantengan un equilibrio entre el disfrute y el control financiero. Para evitar caer en problemas de endeudamiento, es recomendable establecer un presupuesto claro destinado a entretenimiento y otras actividades de recreación. O de plano, asistir a eventos donde el gasto solo sea el transporte, como el caso de La Academia de TV Azteca.
Curiosamente, además de mejorar el bienestar emocional, los conciertos también pueden actuar como una herramienta para aliviar el estrés financiero. La Dra. Alice Boyes, autora de "The Anxiety Toolkit", señala que las actividades recreativas como los conciertos permiten a las personas desconectarse temporalmente de las preocupaciones financieras.
Al reducir el estrés, los individuos se encuentran en una mejor posición para reformular sus preocupaciones financieras, abordar sus deudas y planificar su futuro económico desde una perspectiva más calmada y racional.
Esto concuerda con el enfoque de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), que sugiere que las actividades que promueven la relajación y el bienestar emocional pueden ayudar a las personas a manejar mejor su ansiedad financiera. Aunque el alivio sea temporal, este descanso mental permite a las personas enfrentar sus desafíos económicos de manera más eficiente.
El bienestar emocional tiene una influencia directa en nuestras decisiones financieras. Actividades como asistir a conciertos pueden ser muy beneficiosas, no solo por la mejora del estado de ánimo, sino también por su capacidad de reducir el estrés y mejorar nuestra perspectiva financiera. Sin embargo, es importante que estas actividades se realicen de manera consciente y equilibrada, para evitar que el placer emocional de hoy se convierta en una carga financiera mañana.
Para incrementar los beneficios emocionales y evitar consecuencias financieras negativas, es recomendable establecer presupuestos claros, identificar los límites del gasto y recordar que, aunque es importante disfrutar de experiencias enriquecedoras, es aún más esencial mantener una estabilidad financiera que permita disfrutar de estas experiencias a lo largo del tiempo.
En este sentido, el enfoque de la psicología financiera recuerda que el bienestar emocional no solo está ligado a las experiencias recreativas, sino también a una correcta gestión de los recursos económicos. Encontrar el equilibrio entre disfrutar del presente y planificar para el futuro es la clave para una vida emocional y financieramente saludable.