Buscar la felicidad es una de las metas de miles de personas. Muchas ponen la energía en la parte sentimental, en la salud o en el dinero.
Alcanzarla tiene diversos caminos y no es igual para todos, por lo que es importante saber de otras experiencias personales para comprender en qué punto la felicidad es plena.
Esta vez en DeDinero te vamos a explicar lo que un estudio de la Universidad Harvard descubrió sobre el Desarrollo Adulto. Y es que durante 84 años, un especialista se ha encargado de recopilar historias de vida de alumnos de la universidad norteamericana y de personas que no han tenido una buena experiencia en cuanto a lo económico.
Los resultados actuales de este estudio fueron revelados por su actual director, el psiquiatra Robert Waldinger. El profesional tomó en cuenta los casos expuestos durante estos años y dio cuenta de que más allá de cierto nivel de prosperidad, el dinero no aumenta la felicidad de las personas.
Robert Waldinger explica que por lo general las personas ponen sobre la mesa tres factores que para ellas determinan la felicidad:
Salud, Dinero y Amor. Al centrarse en el tema del dinero, el profesional afirma que quienes nacen en la pobreza tienen mayores desventajas a la hora de alcanzar la felicidad, pero que la fortuna no la garantiza tampoco.
Por ello es que indica cuál es la clave y cuánto dinero hay que ganar exactamente para ser feliz.
El estudio de la Universidad de Harvard revela que la clave es alcanzar "un nivel básico de seguridad económica" con el fin de poder hacer frente a los gastos que supone el bienestar familiar y personal.
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En base a las personas nacidas en Estados Unidos, esa cifra sería de unos 72 mil dólares anuales y depende de muchos factores que influyen en el funcionamiento de toda la sociedad estadounidense. Pero eso aún sigue siendo insuficiente para alcanzar la felicidad.
Más allá de todo esto, Robert Waldinger afirma que alcanzar la felicidad no se centra en un número concreto, hablando de dinero, sino que su base está en las relaciones sociales, en la conformación de una familia y en el temperamento de cada individuo.
El dinero ocupa un lugar pero en su justa medida, para cubrir ciertos gastos necesarios, pero nunca por encima de los afectos.