En los últimos años hemos podido observar en redes sociales casos de parejas que han decidido dejar sus empleos tradicionales y comenzar un emprendimiento juntos. Y si bien muchas personas dicen que el amor y los negocios no se mezclan, esta práctica está transformando no solo la forma de hacer negocios, sino también la manera de construir relaciones.
La tendencia de emprender en pareja se debe en parte a la creciente flexibilidad laboral y la búsqueda de un equilibrio entre la vida personal y profesional. Sin embargo, poner un negocio con el amado o la amada puede conllevar ciertos desafíos, por lo que es fundamental que aprendan a separar su relación sentimental de la relación laboral, establecer límites claros y comunicarse efectivamente para evitar conflictos.
Es por ello que en esta ocasión, en DeDinero, te compartimos los pros y contras de emprender con la pareja de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Al trabajar en pareja se tiene la ventaja que ambos conocen las fortalezas y debilidades del otro, lo que facilita la delegación de tareas y la toma de decisiones importantes, lo que genera una confianza. Además, comparten una visión en común y un compromiso sólido con el éxito del negocio y la relación.
Así como en la relación en los negocios, es importante mantener un buen canal de diálogo. Al estar en una relación personal, ya tienen una base de comunicación establecida, lo que puede ayudar a resolver conflictos rápidamente y mantener el empoderamiento de la mejor forma.
Emprender es un camino lleno de altibajos, y contar con el apoyo emocional de la pareja puede ser fundamental. Compartir los éxitos y fracasos juntos puede fortalecer la relación y hacer que el viaje empresarial sea más llevadero.
Al ser socios en la vida y en los negocios, es posible adaptar horarios y responsabilidades de manera más flexible. Esto permite un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, es importante que entiendan que en la empresa los dos son iguales, por lo que no debe existir el típico “Yo soy", ya que esto puede derivar a malos entendidos.
Uno de los factores que llevan a que los negocios fracasen es que los problemas personales interfieren en el ámbito laboral y viceversa. Los desacuerdos en el trabajo pueden trasladarse a la vida personal, creando tensiones que pueden afectar tanto al negocio como a la relación.
Este tópico va de la mano con el anterior, ya que, al laborar juntos, es fácil que las conversaciones de negocios invadan la vida personal, lo que puede generar agotamiento emocional. Por lo tanto, es fundamental establecer límites claros para mantener un equilibrio saludable.
Al depender ambos del mismo negocio, una mala racha financiera puede poner en riesgo tanto el negocio como la estabilidad económica de la pareja. Es importante diversificar las fuentes de ingreso o tener un plan de contingencia para mitigar este riesgo. Se pueden utilizar las diversas estrategias de ahorro que hemos compartido en DeDinero, para la creación de un fondo de emergencia.
Trabajar juntos puede reducir el espacio personal que cada uno necesita para crecer de manera individual. Esto puede generar una sensación de asfixia y afectar negativamente la relación, por lo que es importante que ambos respeten las labores que cada uno desempeña en el negocio.
Al final, el éxito del emprendimiento dependerá de la capacidad de la pareja para equilibrar sus roles como socios y como compañeros de vida.