Es turbo viral un reto en TikTok que se llama “Escuchamos pero no juzgamos”, que más tiene que ver con que dos personas se digan varias realidades de frente, sin la oportunidad de opinar o reprochar al respecto.
¿Qué pasaría si eso lo aplicamos a las finanzas? Hablar de dinero puede ser un tema incómodo. Muchas veces, nuestros hábitos financieros están influenciados por emociones, creencias y patrones aprendidos, lo que puede alejarnos de nuestras metas económicas.
Inspirándonos en la tendencia “escuchamos pero no juzgamos”, vamos a analizar los hábitos que afectan nuestra riqueza y cómo aprender de ellos sin culpa.
La frase nos invita a observar sin criticar. Aplicada a nuestras finanzas, implica reconocer errores o hábitos perjudiciales sin castigarnos, entendiendo que el primer paso para mejorar es aceptar nuestra situación.
El punto está en transformar esa autocrítica en aprendizaje y acción para construir una relación más saludable con el dinero.
Uno de los errores más comunes es no saber a dónde va tu dinero. Sin un presupuesto, es fácil gastar de más y perder oportunidades para ahorrar o invertir.
Crea un plan financiero mensual usando herramientas como la hoja de cálculo de Google (que es gratis) o aplicaciones móviles como lo es el bloc de notas.
Asigna porcentajes para tus necesidades, por ejemplo 60 por ciento para tus necesidades básicas, 20 por ciento para el ocio y otro 20 por ciento al ahorro o fondo de emergencia.
Gastar todo lo que ganas puede sentirse cómodo a corto plazo, pero a largo plazo es un hábito que te aleja de la estabilidad financiera.
Inicia un fondo de emergencia con pequeñas metas, como ahorrar el 5% de tu ingreso mensual.
Explora métodos como el reto de las 52 semanas para construir un hábito de ahorro.
El miedo o la vergüenza de discutir temas financieros limita tu capacidad de aprender de otros o buscar asesoría.
Habla con amigos o familiares sobre finanzas sin miedo al juicio, lit aplicando el “escuchamos pero no juzgamos”.
Únete a comunidades o foros financieros donde se compartan experiencias sin críticas.
Usar tarjetas de crédito para gastos innecesarios o no controlar tus préstamos puede convertirse en una bola de nieve difícil de manejar.
Prioriza el pago de deudas con altos intereses.
Reduce el uso de crédito y establece un plan para pagar tus deudas rápidamente.
Muchas personas evitan invertir por miedo a perder dinero, lo que las aleja de aprovechar herramientas que pueden generar riqueza a largo plazo.
Aprende sobre inversiones básicas, como los CETES que están regulados por el Gobierno de México, y en los que de hecho no pierdes tu dinero o capital invertido. A menos que te metas en cosas raras donde todo resulte en estafa.
Comienza con pequeñas cantidades para familiarizarte con el proceso.
La autocrítica puede ser paralizante. En lugar de enfocarte en lo que hiciste mal, pregúntate: ¿Qué puedo hacer diferente la próxima vez? Cada error financiero es una oportunidad de aprendizaje.
Por ejemplo, un mal gasto te enseña a priorizar lo esencial. Y las deudas acumuladas, sin duda alguna, pueden darte una severa lección y ayudarte a valorar la importancia del ahorro y el control del crédito.
La tendencia “escuchamos pero no juzgamos” puede ser el enfoque que necesitas para mejorar tus finanzas. Reconocer tus errores te permite tomar mejores decisiones y construir hábitos que te acerquen a la riqueza.