De acuerdo con diversos especialistas de la salud, cuando los empleados se desarrollan en un entorno laboral poco saludable, este puede ocasionar un efecto dominó que impacte directamente en la capacidad de manejar adecuadamente sus finanzas personales.
En la actualidad, uno de los factores clave que termina permeando en la estabilidad financiera de las personas es el bienestar en el trabajo, pues este no solo es un tema de salud física y emocional.
Es por ello que en esta ocasión en DeDinero, te decimos cómo el entorno laboral puede afectar la salud y a nuestras finanzas personales.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 75 por ciento de los mexicanos padece fatiga derivado al estrés que se genera por su entorno laboral. La capacidad cognitiva en la toma de decisiones financieras se va deteriorando con un ambiente de trabajo tóxico, jornadas laborales excesivas y la falta de apoyo o empatía por parte de las empresas.
Según esta institución de seguridad social. Cuando una persona se encuentra constantemente estresada, su habilidad para tomar decisiones financieras acertadas se ve mermada, por lo que aumenta la probabilidad que comience a actuar por impulsividad como en gastos y préstamos innecesarios y la falta de planificación a largo plazo.
La falta de movimiento en los centros de trabajo derivado de las largas horas de jornada laboral sentados o parados genera problemas de salud, lo cual puede aumentar el ausentismo, lo que va generando una reducción en el salario, especialmente en trabajos donde se paga por hora laborada o por la productividad.
La percepción de menos ingresos provoca que sea más difícil de cumplir con obligaciones financieras, lo que puede llevar a deudas impagables y una espiral de dificultades económicas que lleven a que la persona sufra depresión.
Algunas de las consecuencias que el IMSS menciona que pueden padecer los mexicanos a causa de la fatiga por el estrés laboral son las siguientes:
Para evitar estos malestares, es crucial que tanto empleados como empresas tomen medidas proactivas. Se recomiendan que los patrones deben promover un entorno laboral saludable, proporcionando recursos para el manejo del estrés, horarios flexibles y programas de bienestar. A su vez, los trabajadores deben estar conscientes de la importancia de su salud laboral en su bienestar general y tomar decisiones informadas sobre su situación laboral y financiera.