Este jueves 28 de noviembre se dio a conocer el sensible fallecimiento de la artista conocida como la última diva de México, la señora Silvia Pinal.
Su reciente partida pone sobre el ojo público su legado artístico y su considerable patrimonio que acumuló durante su destacada carrera en la Época de Oro del cine mexicano y en el teatro. Entre propiedades, obras de arte y negocios, su fortuna ha despertado considerable interés, especialmente en torno a la distribución de su herencia.
A lo largo de su vida artística, como actriz, cantante, presentadora, y más, Silvia Pinal construyó un patrimonio considerable que además incluye:
El retrato de Silvia Pinal pintado por el también artista Diego Rivera es una obra de arte de gran valor económico y cultural. Esta pieza se encuentra protegida por un fideicomiso que impide su venta o salida del país sin el consentimiento unánime de los herederos.
Los beneficiarios del fideicomiso son sus tres hijos: Sylvia Pasquel, Alejandra Guzmán y Luis Enrique Guzmán.
En vida, Silvia Pinal expresó su deseo de que este cuadro fuera legado a sus hijos y, eventualmente, donado al Museo Diego Rivera para garantizar su preservación y exhibición al público.
Silvia Pinal fue previsora y dejó un testamento bien estructurado para evitar conflictos familiares. Sus principales herederos son sus hijos y varios medios especializados en espectáculos se han aventurado a asegurar cómo es que se distribuirán los bienes:
Además, se especula que nietos y bisnietos (como Frida Sofía) también estarían contemplados en la distribución de algunos bienes. Todos estos últimos datos aún no han sido confirmados por la familia de Silvia Pinal.
Tras el fallecimiento de la productora de teatro Tina Galindo en enero de este año, quien fungía como albacea del testamento de Silvia Pinal, la familia debió nombrar a un nuevo albacea que garantice el cumplimiento de su última voluntad.
Así, la vida de Silvia Pinal se destacó por su éxito profesional y por su capacidad para construir un legado perdurable. Su enfoque meticuloso en la administración de sus bienes nos deja una valiosa lección sobre la importancia de la planificación y la previsión en nuestras propias vidas.