La historia de Mario Arce y su esposa ha conmocionado a los habitantes de Mexicali, en Baja California. Durante años, esta pareja decidió tomar la iniciativa de alimentar a los perros callejeros que deambulaban por su vecindario.
Sin recibir ayuda de las autoridades locales, Mario y su esposa proporcionaban croquetas y agua limpia, asegurándose de que los animales tuvieran al menos algo de alivio en su difícil situación.
Sin embargo, su noble acción fue interrumpida de manera abrupta cuando el Ayuntamiento de Mexicali les impuso una multa de 30 UMAs, aproximadamente $3,394.2 pesos mexicanos actualmente.
La multa fue impuesta sin una justificación clara, lo que generó gran indignación entre la ciudadanía. Mario Arce, en una entrevista sobre el incidente, expresó su decepción hacia las autoridades.
Aseguró que él y su esposa realizan esta acción de forma voluntaria, dedicando tiempo y recursos personales a cuidar a los perros de la calle.
“Nosotros limpiamos la banqueta dos veces por semana, y los contenedores de comida y agua los cambiamos todos los días”, comentó Mario.
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El malestar de la comunidad y la ausencia de políticas públicas
La multa no solo afectó a la familia Arce, sino que también desató una ola de críticas hacia el gobierno municipal de Mexicali. Ciudadanos en redes sociales y comentarios en el video de TikTok expresaron su frustración por la sanción, calificándola como injusta.
Muchos señalaron que la verdadera responsabilidad recae en las autoridades, que deben generar políticas públicas para proteger a los animales en situación de calle, como campañas de adopción responsable y esterilización masiva.
También hubo quienes criticaron la falta de empatía por parte del gobierno y cuestionaron por qué no se multa a quienes abandonan animales en las calles. “¿En Mexicali está prohibido ser empático?”, preguntó un usuario.
¿Qué dice la ley?
En la revisión del Reglamento para el Control de los Animales Domésticos del Municipio de Mexicali, Baja California, no se menciona explícitamente que alimentar a perros callejeros sea una infracción o que amerite una multa.
Sin embargo, en el 'Capítulo Octavo: De las Prohibiciones', el reglamento aborda ciertas acciones relacionadas con los animales en la vía pública, como el abandono, transporte y cuidado, pero no establece específicamente restricciones sobre darles alimento.
La multa solo estaría justificada si los perros callejeros generaran un foco de infección, se mostraran agresivos o se acumularan en un lugar público, obstruyendo el paso peatonal.
Sin embargo, el video muestra que la familia a cargo de los perros limpia la calle dos veces por semana y los contenedores a diario, lo cual no coincide con ninguna de estas situaciones.
Si la autoridad multó al señor, debió haber notado la presencia de los perros en situación de calle y, según su reglamento, proceder a su resguardo y darlos en adopción responsable. Pero no, nada de eso.
El compromiso de la familia Arce: Un acto de generosidad
A pesar de la multa y la falta de apoyo de las autoridades, Mario Arce y su esposa han dejado claro que no abandonarán a los perros callejeros. “Seguiremos ayudándolos.
Este incidente ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de que los gobiernos locales implementen políticas efectivas para tratar el problema de los animales callejeros.
Muchas veces, la solución no está en castigar a quienes intentan ayudar, sino en crear mecanismos de apoyo que involucren a la comunidad en el bienestar de los animales.
¿Es la multa la solución al problema de los perros callejeros?
El caso de Mexicali nos invita a reflexionar sobre las prioridades de los gobiernos locales y el trato que se les da a los animales en situación de calle.
Multar a las personas que intentan hacer una diferencia positiva en la vida de estos animales solo contribuye a la frustración de la ciudadanía.
En lugar de imponer sanciones, se deberían fomentar iniciativas que impliquen a la comunidad, como programas de adopción, esterilización y refugios temporales para los animales abandonados.
La familia Arce ha demostrado con su actitud que la empatía y la acción comunitaria son esenciales para mejorar la calidad de vida de los animales en situación de calle. Sin embargo, el apoyo de las autoridades es fundamental para lograr un cambio real y sostenible.