En los hogares mexicanos, es común abrir el refrigerador y encontrarse con envases de yogurt que no necesariamente contienen este producto lácteo, sino que almacenan todo tipo de alimentos.
Desde frijoles hasta salsa, este curioso hábito ha evolucionado en una tendencia cultural que refleja no solo la creatividad y el ingenio de las familias mexicanas, sino también un enfoque práctico y económico frente al desperdicio.
Esta costumbre de reutilizar envases de plástico surge como una respuesta a la necesidad de alargar la vida útil de los recipientes y evitar gastos adicionales en contenedores específicos para la cocina. Además, ante la creciente preocupación por el medio ambiente y la producción de residuos plásticos, esta práctica se ha convertido en una forma de reciclaje cotidiano y casero, reduciendo el uso de desechables.
Sin embargo, hace unos años la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) emitió una alerta sobre este método de almacenamiento de los alimentos. De acuerdo con esta entidad, las personas que utilizan estos envases de plástico para guardar alimentos pueden estar exponiendo su salud.
La Profeco explicó que estos recipientes son elaborados para un solo uso, por lo cual no deben ser reutilizados para guardar cualquier alimento. En caso de que se llegaran a ocupar por más de una vez, es posible que se puedan deteriorar, agrietar y romper, lo que permite la entrada de bacterias que afectarían los alimentos.
Asimismo, la Procuraduría Federal del Consumidor explicó que cuando las personas guardan alimentos o cualquier otro producto dentro de estos envases, es probable que dentro de ellos queden residuos que no se hayan eliminado por completo a pesar de que se hayan lavado, por lo que pueden contaminar los productos de origen animal.
A pesar de que se busque un mundo más sustentable, no todos los envases de plástico son reutilizables para elementos, los recipientes que son aptos para esto deben contener una copa y un tenedor en la parte de abajo. De igual forma, esta entidad explica que, por ningún motivo, deben ingresar estos recipientes a un horno de microondas, pues esto aumenta el riesgo de que los productos químicos del plástico se propaguen a los alimentos y aumente el riesgo de cáncer.
Es por ello que la Procuraduría Federal del Consumidor recomienda a las familias mexicanas, que utilicen recipientes especiales de cristal o plástico para guardar comida, o para llevar sus alimentos a la escuela u oficinas, en México, se suelen ofrecer una variedad de tuppers especiales para el almacenamiento de los alimentos, estos pueden ir desde los 10 pesos hasta los 350 pesos.