El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro es uno de los medios más utilizados en la Ciudad de México (CDMX), con millones de personas transportándose diariamente en sus 12 líneas. Sin embargo, para asegurar el buen funcionamiento y la seguridad, el Metro establece un reglamento que todo usuario debe cumplir.
Conoce en DeDinero las principales prohibiciones y sus respectivas sanciones para fomentar el orden y la seguridad en este sistema de transporte.
El reglamento del Metro de la CDMX prohíbe diversas acciones para mantener el orden y proteger la seguridad de los pasajeros y las instalaciones. Algunas de las infracciones más comunes incluyen:
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Además de las normas generales, el Metro cuenta con zonas exclusivas para ciertos usuarios, como los vagones exclusivos para mujeres y niños menores de 12 años. Los hombres no deben ocupar estos espacios, a menos que sea fuera del horario exclusivo.
También hay asientos reservados para personas con discapacidad, adultos mayores y mujeres embarazadas. Ocupar estos asientos sin necesidad es motivo de sanción.
Las infracciones en el Metro están sancionadas de acuerdo con la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México, y se dividen en amonestaciones, multas, arresto y trabajo comunitario, dependiendo de la gravedad de la falta. Por ejemplo, por ocupar zonas exclusivas, la multa va de 2 mil 178 pesos a 3 mil 112 pesos, o bien, puede implicar 25 a 36 horas de arresto o 12 a 18 horas de trabajo comunitario.
En el caso del comercio ambulante dentro de las instalaciones, solo la policía puede solicitar la salida del infractor, pero no se permite el uso excesivo de fuerza. Pero si los usuarios ingresan a zonas no autorizadas, la multa puede ser de mil 774 pesos a 2 mil 534 pesos.
Aventar objetos a las vías es una infracción especialmente grave, con sanciones que pueden incluir de uno a cuatro años de prisión y multas de 337 mil pesos a 440 mil pesos.
Incluso al accionar dispositivos de emergencia sin motivo se tiene multa, la cual puede ser de 2 mil 178 pesos a 3 mil 112 pesos.
Cumplir con estas normas no solo evita multas y sanciones, sino que contribuye a un entorno seguro y ordenado en el Metro. Las autoridades del Metro no aplican directamente las multas; los infractores son remitidos al juzgado cívico, donde se determina la sanción correspondiente.