Este jueves declararon culpable en Nueva York al empresario estadounidense Sam Bankman-Fried, de 31 años, por delitos de fraude y blanqueo de dinero que le costarán una pena máxima de 100 años en prisión.
Bankman-Fried estaba directamente relacionado con un servicio popular durante los últimos años: las plataformas para comerciar criptomonedas. Dicho sector resulta innovador y presenta grandes posibilidades para incorporar nuevos esquemas en las finanzas.
Sin embargo, cabe mencionar que las criptomonedas no están reguladas por ninguna institución, por lo cual se presta a fraudes, inversiones de alto riesgo e incluso se ha relacionado con empresarios que desaparecen con recursos de sus clientes.
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De hecho, la Condusef advierte que las criptomonedas no están respaldadas por el Gobierno Federal y que es imposible revertir las operaciones una vez ejecutadas, además de presentarse volatilidad respecto al valor del activo y diversos riesgos tecnológicos.
Se trata del cofundador de la plataforma digital FTX, que igualmente era una empresa con sede en las Bahamas la cual se declaró en bancarrota hace casi un año. En su sitio web, los usuarios podían comerciar con criptomonedas, incluso a través de otras divisas como los dólares.
También existía una aplicación llamada FTX Pro para dispositivos Android y iOS, la cual mostraba precios de las monedas en tiempo real e incluso gráficas que mostraban su evolución de manera actualizada.
Sam Bankman-Fried cofundó FTX en 2019 y fungió como director ejecutivo hasta noviembre de 2022, cuando dimitió y pidió disculpas por la difícil situación financiera de su compañía. Por ello ha sido uno de los rostros más visibles en el mundo de las criptomonedas.
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Según información de EFE, la empresa estuvo valorada en 32 mil millones de dólares cuando atravesaba su mejor momento, pero llegó a ser vista como un "castillo de naipes" por los altos riesgos financieros de sus operaciones.
Mientras que la fortuna de Bankman-Fried se estimó en unos 26 mil millones de dólares en 2019, de los cuales sólo le queda una cuenta bancaria con unos 100 mil dólares, según declaró a un columnista del New York Times.
También era conocido como "el caballero blanco" dentro de esta industria, puesto que intervenía para rescatar a otras empresas en dificultades. De hecho, cuando FTX se declaró en bancarrota, la empresa china Binance (su competidor directo) ofreció comprarlo.
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Sam Bankman-Fried nació en California el 6 de marzo de 1992 en el seno de una familia acomodada, pues sus padres eran profesores de Derecho en la Universidad de Stanford.
Desde temprana edad mostró una afición por las matemáticas y participó en programas para estudiantes talentosos hasta ingresar al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde se licenció en Física con una especialidad en Matemáticas.
En 2014 empezó a trabajar en una firma que realizaba operaciones de arbitraje de fondos bursátiles, y fue hasta 2017 cuando dio el salto a las criptomonedas con la fundación de Alameda Research, que terminaría convirtiéndose en el brazo inversor de FTX.