Las calles de Iztapalapa, en la Ciudad de México, son el hogar de miles de vendedores ambulantes que luchan cada día por sostener sus negocios. Entre ellos, una vendedora nos comparte su historia, los desafíos que enfrenta y cómo ha logrado mantenerse firme a pesar de las adversidades.
Ella se llama Laura Miraflores y vende "de todo", principalmente ropa y accesorios. "Ser vendedor ambulante es un honor, no cualquiera", me dice en una charla por Whatsapp.
Ella es famosa en redes sociales, sobre todo en TikTok, por inspirar a miles de personas a construir su casa propia con esfuerzo constante y sin desanimarse. Ella empezó todo con 200 pesos, y al final de este artículo encontrarás el enlace a mi entrevista con ella al respecto.
¿Qué tipo de trabajo es el de los vendedores ambulantes?
Emprender requiere más que solo vender productos. Es un esfuerzo constante por conectar con las personas y ofrecer un servicio de calidad. Para Laura, cada jornada está marcada por un compromiso claro:
"Desde que te forjas una meta de emprendimiento, siempre quieres trascender y dar lo mejor a las personas, desde un saludo hasta la atención al cliente".
Solo que las condiciones climáticas y la falta de recursos adecuados son obstáculos diarios: “Ser vendedor ambulante es pasar fríos, aguantar polvo, vientos, lluvias”.
Además del clima, la competencia entre vendedores ambulantes es uno de los retos más importantes. En un espacio donde los productos suelen ser similares, encontrar una forma de destacar se convierte en un desafío.
“El verdadero reto es tener competencia. Por ejemplo, yo vendo en mi zona y de repente aparece alguien más. A veces yo soy la inspiración de esas personas. Es un gran reto porque, si yo tengo un suéter, otro negocio ya lo tiene también”.
Esta situación obliga a los vendedores a ser creativos, mantener precios competitivos y, sobre todo, ofrecer una atención al cliente que haga la diferencia.
Laura agrega que "hay gente que llega a humillar", pero eso no le apaga el ánimo para seguir esforzándose junto a su esposo, por sus dos hijos.
La ubicación estratégica es importante para los vendedores ambulantes. En este caso, Laura opera en Avenida Santa Cruz, entre Río Santa Coleta y Río Misisipi, en la colonia Puente Blanco, alcaldía Iztapalapa.
El comercio ambulante en Iztapalapa es una fuente de ingresos para miles y una muestra del espíritu emprendedor que define a esta comunidad. Esta actividad, aunque informal, sostiene a familias y promueve la economía local.
